Según el Estudio Sociológico de Memoria en mayores de 60 años desarrollado por Nutricia, la división de nutrición especializada de Danone, los despistes y olvidos afectan al 65% de los mayores de 60.
La mayoría de ellos no les da importancia, ya que consideran que es algo normal asociado a su edad.
Esta investigación revela que en los mayores de 60 años:
- Más de la mitad olvidan en ocasiones los nombres de personas o cosas que conocen.
- Además, el 46% se sienten apáticos o desganados en ciertas ocasiones
- El 40% experimentan cambios de humor.
En la franja de los mayores de 75 años:
- Un 30% ha indicado que de vez en cuando se sienten desorientados.
- Y casi el 25% pueden tener dificultades para seguir el hilo de la conversación o pueden olvidar citas importantes ocasionalmente.
DCL: Deterioro Cognitivo Leve
Aunque hablamos de episodios que son normales a lo largo de toda la vida, e incluso más frecuentes a medida que cumplimos años, la realidad es que también podrían ser síntomas asociados con el Deterioro Cognitivo Leve (DCL).
Este trastorno se manifiesta con síntomas como:
- No recordar las fechas con facilidad
- Presentar menor destreza en las pequeñas tareas cotidianas
- Olvidar los nombres de personas o cosas conocidas
- Perder el hilo de las conversaciones o los pensamientos
- Experimentar cambios de comportamiento (se intensifica una sensación de apatía o desgana, los individuos se notan desorientados y hay pérdida de habilidades sociales).
Como explica el doctor Guillermo García-Ribas, neurólogo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid:
«Los olvidos o despistes son frecuentes en la población y la gran mayoría corresponden a lo que denominamos quejas subjetivas cognitivas (QSC). Pero algunas personas presentan problemas de memoria de suficiente entidad como para que sean detectados durante la evaluación médica”.
- “Estas alteraciones de memoria, u otros procesos cognitivos, persistentes con una evaluación objetiva que muestra alteración, es lo que se denomina DCL«.
- «Su importancia radica en que entre un tercio y la mitad de las personas con DCL tendrán una dependencia funcional (necesidad de supervisión y ayuda) en los siguientes 5-7 años”.
¿Cuál es la diferencia con la demencia?
Según se estima, tres de cada diez personas mayores de 65 años presentan Deterioro Cognitivo Leve (DCL). Sin embargo, no hay que confundirlo con la demencia, ya que no presenta deterioro funcional, y si lo hay, es mínimo.
Esto no quiere decir que no pueda llegar a evolucionar a demencia con el paso de los años, por lo que los expertos recomiendan el diagnóstico precoz para ralentizar su avance y asegurar una buena calidad de vida.
Como se desprende de esta encuesta, los mayores de 60 años encuentran en su entorno más cercano, la familia (63%) y la pareja (56%), los pilares con quienes comentar sus olvidos. Fuera de este entorno, es el profesional sanitario (48%) la figura de referencia.
Tal y como recuerda el doctor Enrique Arrieta, médico miembro de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN):
- «El DCL es un problema de salud al que hay que prestar atención en las consultas de atención primaria. Ante una queja de memoria tenemos que tratar, en primer lugar, de confirmarla, tanto con el paciente como con su entorno, y objetivarla mediante un test cognitivo breve”.
“Con esta información podemos dar unas pautas de prevención a los pacientes, y si sospechamos de DCL, hacer la derivación al neurólogo que completará el diagnóstico”.
¿Qué hacer ante el diagnóstico de DQL?
Las medidas más conocidas para frenar la evolución de estos olvidos son:
- Los ejercicios de memoria (80%)
- La vida activa
- El ejercicio físico (63%)
- También consideran la alimentación como una vía para frenar su evolución el 37% de los encuestados.
- Y el 26% tienen en cuenta la suplementación nutricional, centrada sobre todo en los alimentos para usos médicos especiales (AUMES), que están elaborados o formulados especialmente para el manejo dietético de pacientes bajo supervisión médica.
Por eso la utilización de este tipo de complementos alimenticios “es algo fácil de aceptar por parte de los pacientes, y el hecho de ser un suplemento alimenticio reduce mucho la posibilidad de efectos secundarios”.
- “Poner en práctica las medidas recomendadas (suplementos alimenticios, dieta, ejercicio físico y estimulación cognitiva) puede ralentizar el deterioro, conseguir que la demencia llegue más tarde, y permitir que los pacientes y sus familiares cuenten con más años de una buena calidad de vida”.