Hacía más de 20 años que Pazooki Farhad, alias El Profesor, estaba involucrado en el mundo del narcotráfico internacional al máximo nivel. Contaba con la total confianza de cárteles colombianos y mexicanos, con los que coordinaba la producción de estupefacientes y su traslado por Sudamérica hasta embarcarlos rumbo a Europa, muchas veces a través de territorio español.

De origen iraní, pero nacionalizado noruego, se había convertido en el líder de la mayor organización de narcoveleros del mundo. Y dirigía esta red desde su chalet de Dénia, en Alicante.

Ahora, ha caído detenido por la Policía Nacional en colaboración con la Policía de Colombia, en una operación cuya primera parte se conoció hace semanas. Según fuentes de la UDYCO Central de la Policía Nacional, ha sido arrestado junto a su lugarteniente en Bogotá (Colombia) una semana después de que cayera el grueso de su organización, en una información revelada por el Ministerio del Interior. 

La detención

El Profesor comandaba una organización cuyas cifras resultaban alarmantes. Tenía al menos una decena de narcoveleros en su poder que fueron incautados, así como 36 vehículos de alta gama, más de 85 teléfonos móviles y 1,5 toneladas de cocaína. En la primera fase de la operación se requisaron todos estos efectos además de registrar 28 casas por toda España.

También fueron detenidas 50 personas, 26 de ellas en territorio nacional. De ellas, 13 fueron arrestadas en Málaga, donde operaban algunos líderes del peligroso cártel de Los Balcanes, que había otorgado su total confianza a la red de El Profesor.

Pero según revelan a EL ESPAÑOL los investigadores, en el momento de poner en marca la operación policial El Profesor no estaba en España. Tenía programado un viaje días antes a Irán, el país en el que nació. Antes pasaría por Dubái, donde los narcotraficantes de todo el mundo se esconden con impunidad mientras son reclamados por sus respectivos países.

Pero al enterarse de que en España se informaba del golpe policial contra su red, desmantelándola por completo, decidió viajar a Latinoamérica desde Irán para verse con los clanes que le proporcionaban la droga.

La Policía Nacional sabía de sus intenciones y le dejó cruzar tranquilamente en avión medio mundo. Fue arrestado al desembarcar en el aeropuerto de Bogotá. La Policía actuó igual con su mano derecha, Bernsten Bjarte, también noruego, al que apodaban El Matemático. 

Los agentes de la UDYCO averiguaron que la organización de El Profesor operaba en las islas de Tenerife, Gran Canaria, El Hierro y Lanzarote, donde habían establecido enlaces marítimos que jalonaban sus narcorrutas hasta Sudamérica. A su vez, desde el sur de España, los responsables de la organización coordinaban y dirigían los transportes de cada embarcación. En sus entornos de seguridad, mantenían las reuniones con los enlaces de los países de origen, desde donde se suministraba la sustancia estupefaciente.

La investigación policial comenzó cuatro años atrás. En junio de 2020, conjuntamente con las autoridades de Reino Unido, la Policía Nacional detectó una organización británica asentada en España que contaba con canales de comercio internacional de tráfico de cocaína desde Sudamérica a Europa, a través de España. Detrás de esa red estaba El Profesor.

Han colaborado con la Policía Nacional agentes noruegos de la NCIS, la agencia norteamericana DEA, la agencia británica NCA, el MAOC europeo y también se ha contado con el apoyo de Europol.

Además de en España, 13 personas fueron arrestadas en Noruega, Bulgaria (1), Reino Unido (1), Panamá (1), Trinidad y Tobago (1), Portugal (1) y Colombia (1). En la Costa del Sol, la organización criminal tenía activos miembros pertenecientes al cártel de los Balcanes. Allí llevaban un elevado nivel de vida y operaban con negocios empresariales que permitían dar salida a los beneficios que obtenían de su actividad ilícita.

Pronto se descubrió que El Profesor había situado Valencia, Alicante, Almería, Málaga y Canarias como los puntos logísticos cruciales en los que esconder los veleros antes de zarpar a Sudamérica. De la misma forma, en Sudamérica utilizaban Brasil, Colombia, Guayana, Trinidad y Tobago, Santa Lucía, Barbados o Panamá  para mantener los veleros preparados, a la espera de recibir las órdenes de El Profesor y su lugarteniente para salir a cargar la droga.

Las comunicaciones de la organización se realizaban con sistemas cifrados de seguridad que les brindaban la oportunidad de mantenerse a salvo de observaciones policiales. En el nivel del líder de la organización, los primeros espadas de esta red llegaban a disponer de hasta 15 teléfonos por persona.

Una vez conocida la estructura criminal, los agentes detectaron la preparación de dos veleros que iban a recibir más de 1.000 kilos de cocaína cada uno. Ahí se estableció una acción preventiva para evitar que se llevara a cabo la carga en aguas internacionales y se solicitó auxilio judicial en numerosos países -Noruega, Bulgaria, Portugal, Reino Unido, Panamá, Santa Lucía, Trinidad y Tobago- junto con actuaciones en Francia, Polonia o España.

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