Adrián Barbón saltó ayer de nuevo a la palestra tras casi dos semanas de vacaciones y tres días después del polémico principio de acuerdo entre el PSOE y ERC para que Salvador Illa llegue a la presidencia de la Generalitat. Y lo hizo con un mensaje claro: su rechazo a una posible salida del régimen común de financiación de Cataluña. «No apoyaremos nada que vaya en contra de los intereses de Asturias. El Principado tiene definida su posición histórica en materia de financiación y me debo a los acuerdos alcanzados», aseveró. Y justificó su prolongada ausencia en estas jornadas, que le han supuesto una catarata de críticas desde la oposición, en su «necesidad de descansar». «No soy un superhéroe», espetó.
Esa «posición histórica» que reivindicó Barbón hace referencia al acuerdo alcanzado entre todos los grupos parlamentarios –excepto Vox– en la Junta General del Principado en materia de financiación, así como al manifiesto de Santiago de Compostela firmado por Asturias y otras siete comunidades autónomas –Galicia, Cantabria, Castilla y León, Castilla–La Mancha, La Rioja, Extremadura y Aragón– por la que se prima el coste real de los servicios públicos a los ciudadanos basándose en su dispersión geográfica, despoblación y envejecimiento de cara a la financiación de las regiones. Además, el presidente asturiano hizo hincapié en las resoluciones del 33.º Congreso de la Federación Socialista Asturiana (FSA), así como en los programas electorales de los socialistas y de sus socios de gobierno, Convocatoria por Asturias –coalición conformada por IU, Más País, Izquierda Asturiana y Sumar–, quienes el jueves también se manifestaron, por boca de su portavoz parlamentario, Xabel Vegas, en contra de un concierto fiscal en Cataluña que ponga en riesgo la redistribución y solidaridad ya que «son una línea roja».
Dichos compromisos, señaló Barbón, certifican el posicionamiento contrario de Asturias a que cualquier comunidad autónoma «salga del régimen común», así como su defensa de una reforma «en profundidad» del sistema de financiación autonómico, que según dijo el presidente regional «está obsoleto» y «no da más de sí». «Está caduco (el sistema) desde hace años y hay que afrontarlo con visión de Estado federal, que es el futuro de este país», recalcó el líder del Ejecutivo, quien recalcó como pilares fundamentales los principios de igualdad, solidaridad y multilateralidad, «vitales para sostener el Estado de Bienestar». Precisamente, en materia de multilateralidad, instó a que el acuerdo entre los socialistas catalanes y Esquerra «sea negociado en el Consejo General de Política Fiscal y Financiera».
Además de su negativa frontal a la salida de cualquier región del régimen común de financiación autonómica, el presidente asturiano reafirmó su rechazo claro al principio de ordinalidad, por el cual «quienes más aportan serían los primeros en recibir financiación». «Si el acuerdo gira en torno a la ordinalidad, Asturias no firmará. Nos negaremos a ello», recalcó el líder del Ejecutivo regional, que recordó que su propio partido establece que dicho principio «supondría una financiación privilegiada para determinados territorios».
El Principado no soy yo, sigue funcionando; no es verdad que haya guardado silencio durante estos días
Preguntado por la posibilidad de que el PSOE estandarice sus criterios en materia de ordinalidad, Barbón lo negó alegando que cada comunidad autónoma «tiene planteamientos diferentes». En ese sentido, explicó que el debate financiero «es complicado» y que Galicia o Asturias «no defienden el mismo modelo que Madrid o Baleares». Además, destacó que algunas regiones abogan por que prime el número de habitantes a la hora de obtener financiación, mientras que otras –como Asturias– priorizan que se tengan en cuenta factores como la orografía o el envejecimiento a la hora de destinar las ayudas para prestar los servicios públicos. En ese sentido, reiteró que «habrá tiempo para el diálogo» y que el espacio principal para el debate es, además de en el seno interno del partido, «en el Consejo de Política Fiscal y Financiera».
Precisamente, respecto a este órgano, defendió la postura mantenida por su Gobierno en ocasiones anteriores. «Da la sensación de que nunca votamos en contra», reivindicó el presidente asturiano, en referencia a las críticas lanzadas desde la oposición, principalmente por el líder del PP de Asturias, Álvaro Queipo, quien un día atrás le instó a ser «contundente y claro» y a no defender la figura de Pedro Sánchez, además de advertir que el PP valoraría «tomar medidas oportunas en el ámbito parlamentario» Pese a las críticas, Barbón insistió: «Si el acuerdo gira en torno a la ordinalidad, Asturias no firmará. Soy muy claro en esto ya que supondría una financiación privilegiada para determinados territorios».
Precisando cómo afectaría la implantación del principio de ordinalidad a nivel nacional, Barbón declaró que a excepción de tres Comunidades Autónomas –Madrid, Baleares y Cataluña–, el resto son «receptoras netas». Sin embargo, el presidente asturiano no especificó en qué puesto de las regiones perceptoras de financiación se encuentra el Principado, aunque recordó que «Asturias ha sido solidaria con el resto de España». «Es la Comunidad que ha afrontado todas las reconversiones económicas, la única que lo ha hecho», remató.
Esto es un preacuerdo y se tienen que poner números, cantidades, dar forma jurídica… Se tiene que debatir
Barbón insistió en la complejidad que supone el debate en materia de financiación. Por ello, abogó por dar tiempo para poder tratar el asunto ya que «no podemos cuantificar cuánto dinero pierde Asturias porque no se indica en el acuerdo cuánto se queda el Estado y cuánto se aporta al fondo de solidaridad». Y añadió: «Quien diga que sabe lo que pierde Asturias, miente. Pido rigor». Por ello, aplazó a que se tenga conocimiento de los detalles de acuerdo y mostró su confianza en que «se aborde un debate con las comunidades autónomas que precie los términos para dar datos numéricos en defensa de nuestros intereses». «Esto es un preacuerdo, se tienen que poner números, cantidades, dar forma jurídica… Es lo que se tiene que debatir», ahondó. Pese a ello, afirmó que si el pacto «invade las competencias del Principado» estudiarían la posibilidad de acudir a la justicia aunque concretó que «no se puede impugnar la firma de un acuerdo en los tribunales».
El principio de ordinalidad que rechaza el Gobierno de Asturias llevó a otra cuestión durante la rueda de prensa del líder del Ejecutivo. ¿Solicitará Adrián Barbón, como hizo el secretario general del PSOE de Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, que Pedro Sánchez convoque el Consejo de Política Federal de los socialistas? La respuesta, tal y como expresó el presidente asturiano, fue que «no», ya que «estoy seguro de que se va a celebrar». Sobre la posible consulta a las federaciones socialistas, Barbón recalcó que «primero que nos tienen que clarificar todos los detalles del acuerdo». Y se mostró confiado en que se producirá un encuentro entre los barones socialistas para debatir acerca del acuerdo entre el PSC y ERC.
El sistema está caduco y no da para más, hay que afrontarlo con visión de Estado federal porque es el futuro de este país
El rechazo del Gobierno asturiano derivó también a la posibilidad de que los dos diputados socialistas elegidos por la circunscripción de la región –Roberto Morís y María Mercedes Otero– voten en contra de la propuesta en el Congreso de los Diputados. Respecto a esta cuestión, Barbón se mostró claro y conciso: «Los diputados nacionales, tanto del PP como del PSOE, obedecen exclusivamente a la ejecutiva nacional». «No voy a engañar a nadie ni a vender motos ni milongas, quiero dejarlo claro», aseveró. Pese a ello, el presidente autonómico recalcó que desde el Gobierno «vamos a defender los intereses de Asturias».
Respecto a la posibilidad de que el acuerdo pueda salir adelante, Barbón recalcó que, en conversaciones con el equipo del Gobierno central, la postura de Asturias en defensa de sus intereses «es clara: no a la salida del régimen común ni a su transformación y en contra del principio de ordinalidad». En ese sentido, señaló que se trata de un debate «fundamental» y que por eso el Principado tiene definida su postura: «está definida tanto por el Gobierno, el parlamento y sus partidos». «Que nadie tenga duda de que este Gobierno defenderá los intereses de Asturias. Lo hago, primero como asturiano, como socialista y como presidente que soy y que quiero seguir siendo», zanjó el Presidente.
Si el acuerdo gira en torno a la ordinalidad Asturias no lo firmará, nos negaremos a ello
Preguntado por su ausencia durante los últimos días desde que se tuvo constancia del principio de acuerdo, Barbón, que compareció acompañado del resto del equipo del Gobierno del Principado –la vicepresidenta Gimena Llamedo y los consejeros Borja Sánchez, Guillermo Peláez, Ovidio Zapico, Borja Sánchez, Lydia Espina, Nieves Roqueñí, Marcelino Marcos, Alejandro Calvo y Marta del Arco–, desmintió que el Gobierno guardase «silencio» y recordó que tanto la vicepresidenta como el consejero de Hacienda. «El Principado de Asturias no soy yo, sigue en funcionamiento. Todos los que dicen que guardaba silencio no es verdad, he estado en contacto constante, como no puede ser de otra manera». Y es que el presidente, que se encontraba ultimando sus últimos días de vacaciones, defendió su derecho al descanso ya que «no soy un superhéroe, necesito descansar».
Durante estos días de incertidumbre y en los que las preguntas se multiplicaban, Barbón confirmó que tuvo ocasión de hablar con Salvador Illa, a quien llamó para ponerle en conocimiento su posición como «defensor de Asturias». «Él tiene su posición y yo la mía», comentó el presidente asturiano, que mostró su deseo de que el catalán sea presidente porque «le va a sentar bien a este país». Además de con el candidato a presidente de la Generalitat, Barbón confirmó que haber estado en contacto con otros altos cargos del partido a nivel nacional, entre ellos la vicepresidenta primera del Gobierno de España y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aunque señaló que aún no ha mantenido una conversación con el Presidente de España, Pedro Sánchez.
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