Las celebraciones en honor a la patrona de Alicante, la Virgen del Remedio, han tendido a quedar eclipsadas durante algún tiempo al cobrar mucho más protagonismo otras festividades que se llevan a cabo en la ciudad, y también a algo aparentemente tan simple como que la efeméride se conmemora en pleno verano. Sin embargo, esta cita va alcanzando en los últimos años el peso que le corresponde como heredera de la que fue en un pasado ya lejano la fiesta principal de la urbe. Actos vistosos, lúdicos y culturales, adecuados además para estas fechas, conforman un panorama atractivo, que combina una alta participación con un seguimiento más que notable por parte del público.
Y pocas celebraciones hay más vistosas que un desembarco de Moros y Cristianos. Un acto que, conviene recordar, no ha surgido de la nada, sino que remite a un acontecimiento histórico. La marinera Alacant sufrió en 1599 un ataque de piratas berberiscos, lamentablemente habituales en aquella época. Así, nada mejor que recrear algo que realmente ocurrió, pero adaptado a las características de las fiestas de la cruz y la media luna. La Federación de Moros y Cristianos de Alicante ha movido en esta ocasión a cerca de 400 festeros en este evento, que cuenta con la espectacularidad de los faluchos bereberes acercándose a la costa y los momentos de batalla entre las dos facciones.
Es lógico que este acto generara una gran expectación, y que muchos incluso lo siguieran desde el agua del mismo Mediterráneo que fue testigo hace 425 años de la incursión pirata. Los protagonistas de la Embajada Cristiana y la Capitulación Mora, Javier Guillén y Raúl Marc, habituales embajadores de los Moros y Cristianos de El Rebolledo, aportaron su maestría para dar mayor realismo a las escenas teatralizadas.
El alcalde de Alicante, Luis Barcala, siguió atento la representación del Desembarco desde el público. Ymás tarde sería protagonista, en cierto modo, de la Alborada celebrada en honor a la Virgen del Remedio, ya que en el transcurso de esta velada musical dedicada a festejar a la patrona de Alicante se interpretó un pasodoble con el nombre del primer edil. Una costumbre, por cierto, la de denominar piezas musicales con nombres de personas en concreto, muy habitual en la Fiesta de Moros y Cristianos. Las campanadas de la medianoche dieron por concluida la Alborada, aunque las celebraciones por la Virgen del Remedio continúan este domingo con el zoco árabe, que sigue abierto.