El Consell de la Generalitat ha autorizado la aprobación del encargo de la mejora y consolidación de la red de infraestructuras hidráulicas para riego de la Vega Baja «Plan de ayudas a la Vega Baja Fase 2» (antes conocidas como Plan Vega Renhace). La mayor parte de las inversiones se centran en azarbes y acequias del riego tradicional del Bajo Segura.

Primera fase

Esta acción se produce una vez ha terminado el plazo de la Fase 1 el 1 de agosto de 2024. Actuación que se activó para reparar los graves daños sufridos en todo tipo de infraestructuras en la Vega Baja del Segura , entre las cuales se encontraban infraestructuras hidráulicas del regadío tradicional, como consecuencia de las lluvias torrenciales de la DANA de septiembre de 2019. I

nversiones que se han centrado en la construcción de parques inundables y mejoras en la red de regadío afectadas por la DANA. Los municipios ejecutaron la mayor parte de los proyectos durante el anterior mandato del Consell.

Plurianual

El grueso de la inversión no se desplegará hasta 2026.El importe total de las actuaciones de la Fase 2 por parte de la Conselleria de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca asciende a 13.552.083 euros, de los que en 2024 se destinarán 500.000 euros -concentrados en la elaboración de proyectos-, en 2025 serán 1.500.000 euros y en la anualidad 2026 se consignarán 11.552.083 euros.

Arrobas, acequias, azarbes y canales

En concreto se realizarán actuaciones en la arroba de San Bartolomé en Rafal y Orihuela; el azarbe de la Gralla, azarbe de las Fuentes, azarbe de los Caballos, acequia de Alquibla y la acequia Molina en Orihuela; la acequia Nueva y la acequia Palacios de Formentera del Segura; el azarbe de Piedra Horadada de Callosa de Segura; el canal del Canalillo de Albatera y Crevillent; el Canal de 1ª a 2ª Elevación de Riegos de Levante en Elche y el azarbe de Cebada Aguas Vivas de Dolores.

Los proyectos abordarán el recrecido de estos canales de riego y reparaciones de muros existentes o de fondos, impermeabilizaciones y sustitución de compuertas.

Con ello se busca mejorar la competitividad de la agricultura de regadío en la zona, el ahorro de agua y el aumento de la eficiencia hídrica al tiempo que «se incrementa la resiliencia y la adaptación a futuras inundaciones en la Vega Baja».

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