Teddy Riner volvió a cubrirse de oro en su despedida del judo individual con una actuación perfecta. Los tatamis del Champ de Mars estaban abarrotados de público para honrar a una de las principales leyendas del deporte francés y mundial. El gigante antillano disputaba a los 35 años de edad su última gran competición del peso máximo, un torneo olímpico en el que, como siempre, aspiraba a ganar, en su caso una quinta medalla olímpica que coronara un palmarés excepcional que incluye 11 títulos mundiales.

En sus quintos JJ.OO., en casa y habiendo encendido el pebetero, Riner tenía además una responsabilidad añadida: era la única oportunidad de Francia de ganar un oro individual en judo en París porque sus compañeros no lo habían conseguido.

Exento de la primera criba por ranking, debutó en la segunda ante el emiratí de origen ruso Magomedomarov, y la grada tuvo que contener la respiración porque este combate entre gigantes –Riner mide 2,04 y pesa más de 140 kg- se resolvió en el ‘golden score’, la prórroga a la que se acude si persiste el empate y en la que gana el primero en anotar algún punto, donde el francés impuso la lógica venciendo claramente por ippon, el KO del judo. Alivio y locura entre el público y a cuartos, donde le esperaba el georgiano Tushishvili, un hueso realmente duro, plata olímpica en Tokio’20 y vigente plata mundial.

“Allez Teddy”, cantaba la grada sin cesar mientras Riner parecía apático. Nada de eso; muy experimentado, sabía que debía economizar fuerzas ante un oponente agresivo. No apareció el francés, siempre serio pese al aliento de los suyos, hasta el momento oportuno, cuando aprovechó un ataque del georgiano para desequilibrarle y dar con su espalda en el tatami: nuevo ippon y a ‘semis’. Tushishvili se lo tomó muy mal, increpando a Teddy y amenazándole con gestos, lo que le valió, además, la descalificación por tarjeta roja: expulsado de París. Riner no se alteró nunca.

Tenía todavía trabajo por hacer y no había que malgastar energías porque en penúltima ronda le esperaba Temur Rakhimov, de Tajikistan, cuya falta de palmarés en grandes competiciones no debía hacer olvidar el hecho de que es el nº 3 del ranking mundial. Ocho años más joven y confeso fan de Riner, al que considera su héroe deportivo. Sin compasión, también le despachó vía ippon, sin despeinarse.

La final era la guinda: le esperaba el surcoreano Minjong Kim, nº 1 mundial y vigente campeón del mundo, de 23 años, 12 más joven que Riner. El colofón perfecto.

De nuevo paciente, falsamente pasivo, esperando su momento como una serpiente enroscada, hasta que a falta de 18 segundos para la conclusión cazó a Kim con una zancadilla, mandando su hombro contra el suelo. Ippon. Y nuevo oro olímpico, el tercero individual de su carrera. Entonces sí, por fin, dejó asomar su sonrisa y levantó la mano con tres dedos al cielo.

Teddy pondrá hoy punto final a su larga y exitosa carrera con los equipos mixtos, que cierran el programa del judo en estos JJ.OO. de París.



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