Las vacaciones son sagradas para los niños y niñas. Inciden en su felicidad más que cualquier juguete o capricho, como reveló una investigación publicada en el ‘Journal of Commercial Research’. Pero van mucho más allá de su alegría. «Son muy buenas para generar vínculos entre la familia y para hacer grupos de amigos fuera de su entorno. Crear situaciones novedadosas ayuda en el desarrollo psicomotriz, emocional y en el aprendizaje», apunta la psicóloga sanitaria especialista en Perinatal e Infancia, Diana Sánchez.

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