Con las maletas preparadas y dispuesto a afrontar una nueva etapa en su trayectoria deportiva, Dani Gómez está listo para embarcar hacia su nuevo destino: Mestalla. El Valencia, después de una semana de conversaciones con el Levante, será el hogar del delantero a lo largo del curso 24/25 aterrizando, en calidad de cedido, en la avenida de Aragón. Rubén Baraja espera con los brazos abiertos al madrileño tras haber sido el valedor principal de la operación, ya que conoce, de primera mano, las virtudes de un Dani Gómez que busca alcanzar su mejor versión a dos kilómetros del Ciutat de València. Supondrá, a su vez, su regreso a una Primera División que ha saboreado en tres ocasiones, aunque sus dos últimas experiencias en la máxima categoría no han sido beneficiosas ni a nivel colectivo ni dentro de lo individual. Sin embargo, el entrenador del Valencia confía en sus capacidades para ser el delantero no solo que complemente a Hugo Duro y a Rafa Mir, sino que también aporte riqueza táctica en las profundidades de la pizarra de Rubén Baraja.
Dani Gómez cuenta las horas para firmar por el Valencia y así quitarse las espinas que le dejó su paso por la élite del fútbol español. El madrileño, criado en la cantera del Real Madrid, antes de aceptar un contrato de cinco años en Orriols en el verano de 2020, encadenó dos descensos consecutivos con el Levante (2022) y con el Espanyol (2023) tras un primer año de adaptación como levantinista, donde creció y desarrolló sus virtudes en una punta de lanza formada por Roger Martí y José Luis Morales, y en la que experimentó lo que se siente al perforar porterías rivales en dos ocasiones. Una temporada después, el granota hizo números a tener en cuenta, anotando cuatro dianas y repartiendo tres asistencias a lo largo de 28 encuentros. Sobre todo, bajo la tutela de un Alessio Lisci, quien le dio un mayor protagonismo en la delantera. No obstante, no pudo impedir un descenso que repitió, un año más tarde, en el Espanyol. Una etapa para olvidar, donde una leión de tobillo, al igual que la inestabilidad del conjunto perico, le llevó a disputar solamente 82 minutos en liga.
Dani Gómez, a pesar de ello, busca dejar atrás el pasado y mirar al futuro con optimismo, consciente de que su última temporada en el Levante, donde jugó más de 2000 minutos, ha sido beneficiosa. Nunca destacó por ser un delantero goleador. Es más, junto a Calleja y Miñambres respectivamente, marcó cinco tantos. El más recordado, el que anotó ante el Elche en un partido en el que, después de que los granotas fueran perdieron 0-2 en el 65’, entró en el descuento y marcó la diana de la victoria. No obstante, Dani Gómez, donde más destaca, es en el juego de espaldas, en la asociación, en los desmarques y en la movilidad en las próximidades del área contraria. Características que potenciarán a Duro y Rafa Mir. Su único pero es cuando, en ocasiones, ralentiza el juego a la hora de conducir el esférico. Sin embargo, Rubén Baraja tratará de potenciar unas virtudes que ya alcanzó cuando coincidieron en Tenerife.
Fue en la temporada 2019/2020 cuando Dani Gómez y el actual entrenador del Valencia militaron en la misma plantilla. En el Heliodoro Rodríguez López, el próximo delantero valencianista vivió su primera experiencia profesional con estadísticas reseñables. Sumando minutos de forma progresiva hasta conseguir importancia con Rubén Baraja en el banquillo, terminó su etapa chicharrera con nueve goles y dos asistencias en 2455 minutos. Cifras que impulsaron al Levante a pagar 2,5 millones por su traspaso al club levantinista. Cuatro años después, Dani Gómez, cerrando la delantera valencianista, se reencontrará con el técnico que sacó su mejor rendimiento como futbolista. Ambas partes están condenadas a entenderse y a retroalimentarse.
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