La Moncloa y la dirección del PSOE han celebrado este viernes el aval de las bases de ERC a la investidura de Salvador Illa como próximo president de la Generalitat. El nerviosismo se había instalado entre los colaboradores de Pedro Sánchez durante la jornada, pero el desenlace ha sido el esperado. El entorno del presidente del Gobierno no ha ocultado su alegría por el resultado de la consulta interna entre la militancia republicana, que dice ‘sí’ al líder del PSC a cambio de un concierto económico para Catalunya.
“La Catalunya del futuro está cada día más cerca: grandes acuerdos entre diferentes y ocuparse de lo importante para la ciudadanía. Política con mayúsculas. Salva Illa president, Catalunya guanya, Espanya guanya”, ha escrito en X nada más conocerse el resultado el ministro de Justicia y Presidencia, Félix Bolaños, uno de los más estrechos colaboradores del jefe del Ejecutivo.
Sánchez se apunta ahora un muy relevante tanto político, al mostrar que su arriesgada apuesta frente a la crisis territorial (mesa de diálogo con el Govern, reformas penales, indultos, amnistía…) ha servido para desalojar al independentismo del poder en Catalunya tras casi 15 años. Pero el aval de ERC también tiene una derivada complicada para el PSOE, después de que buena parte de las federaciones del partido se hayan posicionado en contra de la salida de la comunidad autónoma del régimen común de financiación. Sánchez y sus colaboradores confían en que la enorme trascendencia de la llegada de Illa a la Generalitat acabe restando trascendencia a este malestar interno.