Tronó el Y.M.C.A de los Village People, aquel legendario tema de finales de los 70 convertido en himno en favor de la inclusión, y el pabellón North Arena de París pudo pensar que era una caprichosa casualidad. O no. Escasos minutos después entró en escena la boxeadora taiwanesa Lin Yu-Ting, en el ojo del huracán por su condición intersexual, aplaudida con ímpetu, saludando al público. Como si la guerra abierta en las últimas horas no fuera con ella.
Arreciando la polémica ante la participación de personas intersexuales en los Juegos Olímpicos, más aun en deportes de contacto, Lin Yu-Ting hizo su parte. Ganó a los puntos, y por decisión unánime (5-0), a la uzbeka Sitora Turdibekova en los octavos de final de la categoría de -57kg. Sólo un juez, precisamente la única mujer, la húngara Hun Szucs, dio como perdedora a Lin Yu-Ting en el primer asalto. No así los otros cuatro jueces, todos hombres. Fue un espejismo. En los otros dos asaltos ya no hubo discusión alguna. Turdibekova le había sacado el casco de un golpe a la taiwanesa, pero aquello no fue a más. Lin Yu-Ting, de 28 años y 1,75 de altura, delgada, ágil y de larguísimos brazos, controló el ring como quiso y pegó más fuerte que su rival.
Al concluir la pelea, Lin Yu-Ting se recreó en la celebración. Besó el guante rojo alzando el brazo, saludó con calma a su rival derrotada, que aguantó el tipo sin caer a la lona, y luego agradeció al público presente los ánimos.
En el Mundial de boxeo de 2023 en Nueva Delhi, Lin Yu-Ting fue expulsada junto a la argelina Imane Khelif tras no superar un examen de género. Ambas, sin embargo, fueron aceptadas por el Comité Olímpico Internacioal (COI). Khelif se estrenó en los Juegos de París el jueves, viendo cómo su rival, la italiana Angela Carini, frustrada y dolorida, se retiraba a los 46 segundos. Yu-Ting no vivió una escena similar.
Críticas
Las diferencias genéticas y hormonales que presentan tanto Lin Yu-Ting como Khelif, ambas asignadas como mujeres al nacer, han provocado un alud de críticas entre quienes advierten importantes desventajas hacia las otras mujeres en competición.
La Federación Internacional de Boxeo, cuando descalificó en su día a las dos boxeadoras de los Mundiales, no quiso revelar si se habían identificados cromosomas XY, los que sirven para identificar habitualmente a los hombres. Tampoco los niveles de testosterona. Sí lo hizo el presidente de la IBA, Umar Kremlev, revelando la existencia del patrón biológico masculino en ambas. El COI, sin embargo, entiende que ambas boxeadoras cumplen con todos sus requisitos de género.
La sobreproducción de testosterona, en cualquier caso, las llevaría a ser diagnosticadas con hiperandrogenismo, como ocurriera en su día con la atleta Caster Semenya, quien tuvo que mantener una larguísima batalla judicial al ser obligada a rebajar sus niveles de testosterona si quería competir contra mujeres.
Lin Yu-Ting y Khelif, mientras, continúan con su periplo olímpico en el ring.