Estos hallazgos demuestran que, «en ausencia de un examen directo basado en datos, se han subestimado las capacidades de producción vocal de los grandes simios. Los chimpancés poseen los componentes neuronales necesarios para el habla».
Los científicos llevan varias décadas preguntándose por qué los humanos son los únicos primates que han desarrollado el habla. Aunque algunos grandes simios han aprendido a comunicarse mediante sonidos vocales, hay pocas pruebas de que utilicen un lenguaje hablado.
Por ello, ha surgido un debate entre los investigadores que creen que la diferencia radica en la fisiología de la garganta y los que creen que se debe a diferencias en el cerebro. Un tercer grupo de científicos ha sugerido que algunos grandes simios, como los chimpancés, sí poseen la capacidad de pronunciar palabras humanas, aunque a un nivel rudimentario.
Los investigadores ofrecen en su estudio un ejemplo notable: un matrimonio adoptó a un chimpancé bebé y lo tuvo en su casa durante varios años, intentando convencerlo de que dijera palabras sencillas, como ‘mamá’, ‘papá’ o ‘taza’. Pero su trabajo fue desacreditado con el paso de los años por ser poco ético pues el chimpancé había sido separado de su madre natural.
El equipo de investigación se preguntó si el rechazo de estos hallazgos se debía a que no se habían intentado duplicar sus esfuerzos. Para averiguarlo, buscaron pruebas en vídeo de los intentos de entrenamiento y encontraron tres vídeos que muestran pruebas de que se puede enseñar a los chimpancés a pronunciar palabras humanas de forma rudimentaria.
Varios chimpancés. / ASP
En uno de esos vídeos, realizado por un equipo formado por un matrimonio, el chimpancé pronunció claramente la palabra ‘papá’ al menos tres veces y la palabra ‘taza’ una vez. En otro vídeo, un chimpancé llamado ‘Johnny’ pronunció la palabra ‘mamá’. Y en un tercer vídeo de Italia se captó a un chimpancé diciendo la palabra ‘mamá’.
Los autores del estudio señalan que la pronunciación de los chimpancés varía con respecto al habla humana, pero describen sus intentos de pronunciar las palabras que se les pedían, un hallazgo que, según sugieren, indica que los grandes simios son capaces de pronunciar algunas palabras humanas dadas las circunstancias adecuadas.
Estudios éticamente aprobados
Las conclusiones de los autores son claras: «Los proyectos sobre el lenguaje de los grandes simios han sido mal representados en la literatura. Los pocos simios que participaron han sido presentados erróneamente como representaciones confiables de las capacidades de todo su género».
Pero estos nuevos hallazgos muestran que la interpretación de estos estudios clásicos debe hacerse con cautela. «La ausencia de evidencia (es decir, lo que estos animales individuales supuestamente eran incapaces de hacer) no debe tomarse como evidencia de ausencia», apuntan.
Cincuenta años después de estos proyectos, los cuidadores que velaron por el bienestar de los grandes simios durante estos proyectos están documentando y reexaminando «el abandono y la crueldad infligidos a (estos) animales en la búsqueda del estudio psicológico», señalaba uno de esos estudios clásicos que descalificaban las pruebas de los chimpancés pronunciando palabras.
«Los sujetos en los estudios sobre el ‘lenguaje de los simios’ estaban traumatizados, sus necesidades emocionales, ecológicas y sociales no estaban satisfechas, y muchos “fueron capturados en la naturaleza (después del asesinato de su madre), sometidos a entornos insalubres y antinaturales y privados de modelos de comportamientos grupales saludables», añadía ese antiguo informe.
Dos chimpancés vocalizando. / Liran Samuni / Proyecto Chimpancé Taï
«Sin embargo, los debates actuales sobre la evolución del habla y el lenguaje han seguido basando sus suposiciones en estos informes, mientras que hacen caso omiso de una nueva generación de estudios éticamente aprobados realizados en instituciones acreditadas de bienestar animal y en la naturaleza», indica este último estudio.
Y la ya citada explícita frase que remata el informe: «Los grandes simios pueden producir palabras humanas; el fracaso en demostrar esto hace medio siglo fue culpa de los investigadores, no de los animales».
Informe de referencia: https://www.nature.com/articles/s41598-024-67005-w
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