Ana es una mujer argentina de 68 años que ha trabajado durante toda su vida en un banco, pero ahora encuentra refugio en la pintura. Encarna, por su parte, tiene 66 y es medio catalana medio valenciana. En su jubilación se dedica a cantar.

Mariana, de 72 años, disfruta sumergiéndose en el mundo de las letras aunque toda su vida ha trabajado como administrativa.

A pesar de que han trabajado toda su vida y estar jubiladas, a estas tres mujeres no les ha quedado otra que vivir compartiendo piso. Gracias a Hogar Compartido, cada una paga lo que puede.

Aportan un 35% de lo que cobran de jubilación y esto les incluye luz, agua y gas. Esta es la única alternativa que les ha quedado para poder llevar un vida digna, aunque se han tenido que acostumbrar a compartir piso a los 70.

Para ellas compartir piso es también la solución a la soledad y la vida las ha unido para convertirlas en una familia. Ana nos ha contado que ella ya había compartido piso con estudiantes, pero esto es algo diferente porque al final los jóvenes van pasando, pero ellas tres permanecen juntas.

«Es agradable y divertido», ha dicho. A pesar de que llevan poco tiempo viviendo las tres, no hay peleas y la convivencia es muy pacífica.

En Y ahora Sonsoles conocimos a Amparo y Esmeralda, de 85 y 20 años, que han encontrado en compartir piso una solución para combatir la soledad.

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