María Pérez (1996, Granada) se unió a la fiesta de la marcha española en Trocadero al ganar la segunda medalla del día con una plata muy sufrida con 1h26’19. La granadina rompió a llorar nada más cruzar la meta después de cumplir un sueño que parecía alejarse por los problemas físicos que arrastró durante el último año. España completó una de las mejores actuación de su historia en una prueba de marcha, con Laura García-Caro finalista -séptima con 1h28’12- y Cristina Montesinos décima con 1h29’11.

María Pérez venía de recuperarse de la lesión más grave de su carrera deportiva

Unos meses después del campeonato del mundo de Budapest 2023 por fin se le detectó a María porqué tenía un dolor persistente en la zona de la cadera y al final era que tenía una fractura de la vertiente izquierda del sacro. Esa fractura por estrés del sacro conllevaba un tiempo de recuperación muy importante y con un protocolo muy exigente para recuperarlo bien junto al fisioterapeuta Miquel Àngel Cos en el CAR de Sant Cugat, ya que era la lesión más importante de María en su carrera deportiva. Y esto hizo que durante tres meses tuviera que llevar una pauta de un mes sin hacer nada, sin movimiento, con muletas. Otro mes en el que no pudo hacer trabajo con impacto, solo agua y muy progresivo, y otro mes en el que progresivamente empezó a caminar y a trotar muy suave. A partir del tercer mes es cuando empezó a marchar con normalidad y empezando con un programa de menos a más y muy progresivo. Con lo cual, se puede decir que alcanzó la normalidad a partir de los meses de abril y mayo.

En el mes de mayo, cuando llevaba 12 meses de entrenamiento con la mayor normalidad posible y con unas buenas sensaciones, la competición de La Coruña, a pesar de no llevar mucho tiempo de marcha encima, pilló unos virus que mermaron mucho su sistema inmune y la tuvieron de cuatro a seis semanas muy perjudicada físicamente. En la recta final de su preparación, los últimos dos meses pudo entrenar con normalidad, haciendo un volumen de trabajo adecuado, a una intensidad adecuada y por fin volvió a sonreír. Ha sido el año más difícil de su carrera, pero esa capacidad de lucha, de entrega y de sacrificio que tiene ella siempre, hace que siempre sea competitiva.

María Pérez llegó a pensar que no valía para ser marchadora después de ser castigada por los jueces en el Mundial de Oregón 2022 y el Europeo de Múnich 2022. Dos mazazos seguidos que machacaron su orgullo y debilitaron su moral. En 2018 se convirtió en campeona de Europa, pero su progresión se frenó en seco por culpa de la técnica.

“Tiene el motor de un Ferrari y el chasis de un turismo, necesitamos transformarlo en un Formula 1 para ser invencibles”, decía su entrenador, Jacinto Garzón, la persona que más creía en el potencial de María. Convenció a su pupila para seguir luchando y se abrió a recibir consejos de otras personas para tener una visión externa, con humildad y por el bien de su atleta. Hablaron con jueces de marcha internacionales para saber su opinión y ajustar la técnica.







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