La mayor parte de las empresas en España no cuenta con planes de prevención de riesgos laborales adaptados a los episodios de altas temperaturas. Así lo ha indicado la Fundación 1º de Mayo, de CCOO, a través de un comunicado de prensa este jueves 1 de agosto. Tal y como han explicado desde esta organización, los planes estratégicos sobre las altas temperaturas y la salud en España «no abordan la dimensión laboral del fenómeno del calor de manera específica», a pesar de que reconocen que los empleados son un colectivo vulnerable. Eso sí, este problema no es de un solo país: las políticas de seguridad y salud en el trabajo en Europa siguen «ofreciendo una respuesta insuficiente» a los desafíos del cambio climático. 


En una rueda de prensa, Sergio Salas, investigador de la fundación, ha esgrimido: «No se ha hecho una prevención y una formación adecuadas en el marco de las empresas sobre los efectos del calor en las personas trabajadoras y la mayoría no se han adaptado». No solo eso, sino que este problema también está fuera de la mesa de negociación colectiva y menos del 1% de los convenios hacen alguna referencia a las altas temperaturas, según el estudio Adaptheat, elaborado por la misma fundación. Además, cabe destacar que la mayoría de los convenios que incluyen alguna mención al calor «son convenios de empresa, por lo que la cobertura es muy limitada«, tal y como ha puntualizado Salas. 

Por eso, el secretario de Salud Laboral y Sostenibilidad medioambiental de CCOO; Mariano Sanz Lubeiro, ha defendido que se debe «profundizar aún más» en esta materia en las negociaciones colectivas y el diálogo social. A su vez, ha esgrimido: «La legislación debe desarrollarse estableciendo valores límite claros científicamente informados y asegurando el derecho a la participación de los trabajadores en materia de prevención contra el estrés térmico en todos los países de la UE». 

De igual forma, esto no solo es un problema dentro de las compañías. Pese a que ha aumentado la preocupación política por las consecuencias del cambio climático, «aún faltan marcos legales de protección» para los trabajadores ante los episodios de altas temperaturas. Asimismo, desde la fundación señalan que no se aplican «medidas básicas» en estos casos. Por ejemplo, sería el caso de la suspensión del trabajo durante los eventos de calor extremo». 

En España está vigente el Decreto 4/2023, una norma que buscaba, entre otros objetivos, mejorar la protección frente a los riesgos laborales como consecuencia de los episodios de elevadas temperaturas. Sin embargo, desde la Fundación 1º de Mayo consideran que no es suficiente. Si bien cuando este se aprobó se valoró positivamente «que por fin se legislará para mejorar la protección frente a las condiciones climáticas de los trabajos al aire libre», desde esta organización han señalado que ya «ha llegado el momento de reformarlo para su mejora«. 

Las altas temperaturas, un factor de riesgo en el trabajo

La exposición a las altas temperaturas tiene efectos perjudiciales en la salud de los trabajadores. No solo porque pueden provocar golpes de calor mortales y otras enfermedades por calor en los empleados, sino que también pueden agravar patologías a medio y largo plazo, tal y como señalaba el estudio titulado ‘Los episodios de altas temperaturas como riesgo laboral’, publicado por el Instituto Sindical de Salud, Trabajo y Ambiente. Este es el caso de enfermedades vasculares, respiratorias, neurológicas o renales. 

Sillas y mesas de marcas de cerveza de un bar de Ciudad Real. EP


Desde la Fundación 1º de Mayo, han argumentado: «Esos impactos se distribuyen de manera desigual entre la clase trabajadora de manera que las ocupaciones más precarizadas soportan una mayor carga de enfermedades relacionadas con el calor que las menos precarizadas». Asimismo, también han querido destacar que está demostrado que durante las olas de calor los accidentes laborales suelen incrementar de forma significativa. Así, cada año habría entre unas siete u ocho muertes en España por golpes de calor, «pero esto es solo la punta del iceberg». Según Salas, habría «muchos más impactos» como consecuencia del calor sobre la salud de los trabajadores. «A menudo llegan al cabo de horas o días de estar expuestos y no se contabilizan como accidentes laborales«, ha asegurado el investigador de la fundación. 

Por ello, ha indicado que los planes de prevención de deberían tener en cuenta los procesos de aclimatación de aquellos trabajadores que no están acostumbrados a trabajar en condiciones de calor. O que son especialmente sensibles y, por tanto, pueden sufrir con mayor rapidez los efectos negativos de las altas temperaturas sobre la salud. 

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