La epidemia de acumular piedras se acentúa cada día en Fuerteventura, ya sea en las playas con los corralitos o bien en espacios protegidos con el apilamiento de estos materiales. Estas estructuras de alteran gravemente el ecosistema, ya que la flora y la fauna se ven afectadas al remover las piedras. Por un lado, la flora, que aprovecha la humedad de las piedras muere y, por otro, la fauna que habita en ellas, desaparece, al margen del impacto visual.

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