Tras un ataque con cohetes lanzado por Hezbolá en Majdal Shams el sábado, que se saldó con la muerte de 12 niños y dejó a docenas de heridos, Israel se vio forzado a tomar medidas de represalia. Las opciones disponibles eran varias, y algunas fueron abiertamente defendidas por altos funcionarios. Una posibilidad era iniciar una esperada guerra contra Hezbolá, con el objetivo de expulsar a este grupo terrorista chiíta del sur del Líbano y debilitar su capacidad militar.

El primer ministro Benjamin Netanyahu también consideró una campaña aérea limitada sobre el Líbano, enfocándose en destruir objetivos clave de Hezbolá. Este enfoque serviría tanto como represalia por el ataque en los Altos del Golán como para mejorar la posición de Israel en caso de que se desatara un conflicto mayor. Otra opción era atacar directamente al Estado libanés, buscando forzarlo a controlar las acciones de Hezbolá.

Sin embargo, cada una de estas estrategias conllevaba riesgos significativos. Una guerra con Hezbolá podría causar una devastación generalizada en el Líbano y acelerar la ya frágil situación del Estado, además de resultar costosa para las fuerzas israelíes y la población civil. Este curso de acción también contradiría los intereses de Estados Unidos y otros aliados occidentales. Por otro lado, una respuesta limitada podría no ser suficiente para neutralizar la amenaza de Hezbolá en la frontera norte y podría dejar a más de 60.000 israelíes desplazados internamente. Aun una ofensiva focalizada podría escalar en una guerra total, algo que Israel ha intentado evitar.

Un ataque contra las instituciones estatales y la infraestructura del Líbano probablemente desencadenaría una condena internacional y haría poco para debilitar la capacidad militar de Hezbolá.

Israel optó por una respuesta específica, lanzando ataques nocturnos contra el líder militar de Hezbolá, Fuad Shukr, y el líder político de Hamás, Ismail Haniyeh. La muerte de Shukr eliminó a un comandante veterano y valioso para Hezbolá, pero no comprometió directamente sus capacidades ni causó daños colaterales significativos, evitando así una escalada inmediata y mostrando una posición de fuerza sin provocar una guerra abierta.

Asesinato de Haniyeh en Irán: implicaciones y posibles represalias

El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei (derecha), se reúne con el líder político de Hamas, Ismail Haniyeh, en Teherán el 30 de julio de 2024. (Foto de KHAMENEI.IR / AFP)

El gobierno israelí no ha emitido una declaración oficial sobre el ataque que se saldó con la muerte de Ismail Haniyeh, líder de Hamás, en Teherán. Tanto Irán como Hamás han acusado a Israel de estar detrás del atentado. La eliminación de Haniyeh podría evitar un posible conflicto para Qatar, donde el líder palestino había establecido su base. A pesar de las tensiones, Israel sigue viendo a Qatar como un intermediario valioso en las negociaciones para la liberación de los rehenes capturados por el grupo terrorista palestino durante la ofensiva del 7 de octubre, y para poner fin a la guerra que surgió tras ese ataque.

Según Meir Ben-Shabbat, exasesor de seguridad nacional del primer ministro Netanyahu, “El líder de Hamás en el extranjero, encabezado por Haniyeh, desempeña un papel crucial en la movilización de recursos para Hamás, en su representación y en la expansión de su influencia política y militar. Esto convierte a Hamás de una organización terrorista local en un movimiento con peso regional”.

El ataque también pone de relieve la capacidad de la inteligencia israelí para operar con precisión en territorio iraní, lo que evidencia la profundidad de su penetración en el país. Sin embargo, la falta de una reivindicación de responsabilidad por el ataque y la ausencia de daños a bienes iraníes podrían permitir a Irán evitar una escalada significativa.

A pesar de esto, se prevé que Irán responderá. Según Ali Vaez, director del proyecto sobre Irán en Crisis Group, “Irán probablemente siente la necesidad de tomar represalias para disuadir a Israel de futuros ataques en su territorio, defender su soberanía y mantener su credibilidad ante sus socios regionales”.

Aunque ninguno de los dos países desea un conflicto regional, Irán enfrenta el desafío de cómo responder adecuadamente al ataque sin desencadenar una guerra a gran escala.

Irán podría responder con ataques coordinados contra EE. UU. e Israel

Lecciones cruciales para Israel tras el ataque Iraní
Un dron es lanzado durante un ejercicio militar en un lugar no revelado de Irán, en esta imagen de mano obtenida el 4 de octubre de 2023. (Crédito de la foto: REUTERS)

La República Islámica y sus representantes suelen establecer reglas claras para sus acciones y diseñar sus represalias de manera que reflejen los ataques sufridos por el eje liderado por Irán. Tras el ataque en Beirut ocurrido el martes por la noche, las fuerzas estadounidenses respondieron atacando una base al sur de Bagdad, lo que se saldó con la muerte de cuatro miembros de las milicias de la Fuerza de Movilización Popular, alineadas con Irán, y dejó heridos a otros cuatro.

“Debido a la culminación de múltiples asesinatos de alto perfil y ataques importantes contra las fuerzas del eje de la resistencia en toda la región, llevados a cabo tanto por Israel como por EE. UU.”, declaró Vaez, “y dado que en Teherán se percibe que Israel y EE. UU. han actuado de manera coordinada, es probable que provoque una respuesta coordinada de todo el eje contra EE. UU. e Israel”.

Como parte de esta posible respuesta, Hezbolá podría buscar una represalia similar al asesinato de Shukr. “Podrían apuntar a activos de alto valor, como infraestructura crítica en Haifa, una plataforma de gas en alta mar o la base desde donde Israel lanzó su ataque”, comentó Jonathan Ruhe, director de política exterior del Instituto Judío para la Seguridad Nacional de Estados Unidos. “Esto reflejaría el ataque que Israel llevó a cabo recientemente contra un activo de alto valor de Hezbolá en Beirut”.

Ben-Shabbat, por su parte, mencionó que Irán podría estar planeando un ataque del tipo “ojo por ojo”, aunque llevaría tiempo organizar una operación de esa magnitud. “Estimo que responderán directamente desde el territorio de Irán e Irak, además de la respuesta esperada desde el Líbano y la cuenta que los hutíes en Yemen aún no han saldado”.

A pesar de esto, Irán podría tener razones de peso para evitar una respuesta masiva. En abril, tras un ataque aéreo israelí contra su embajada en Damasco que se saldó con la muerte de ocho oficiales del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), Irán respondió con un ataque masivo con misiles y drones, pero este fue un evento aislado que parecía diseñado para evitar una escalada mayor.

Tensión entre Irán e Israel tras asesinato de líder de Hamás

Asesinato de Haniyeh en Teherán: El alcance de inteligencia israelí
El líder político de Hamas, Ismail Haniyeh, llega a Teherán para la toma de posesión del nuevo presidente iraní en el parlamento de Teherán, horas antes de ser asesinado, el 30 de julio de 2024. (AFP)

El asesinato de un líder de Hamás ha generado incertidumbre sobre las posibles reacciones de Irán y Hezbolá. Yaakov Amidror, quien fue asesor de seguridad nacional de Netanyahu, anticipa que la respuesta de Irán probablemente será más mesurada. Según sus palabras, “este no es el tipo de ataque al que responden con 300 misiles”.

En cuanto a Hamás, a pesar de haber perdido a un líder importante, hay pocas expectativas de que pueda lanzar una represalia significativa desde la Franja de Gaza. La falta de capacidad de Hamás para realizar un ataque de gran envergadura es uno de los aspectos más notables de esta situación, según Amidror. Esto, asegura, es una señal de que Israel está logrando debilitar significativamente al grupo terrorista en Gaza. “Permanecerá en Gaza”, dijo Amidror, “pero como organización militar, Israel poco a poco la está volviendo irrelevante”.

A pesar de los esfuerzos de Israel por eliminar a los principales dirigentes de Hamás y destruir gran parte de su infraestructura, Yahya Sinwar, un líder clave, sigue vivo. Sinwar mantiene el control sobre el destino de decenas de rehenes que permanecen en Gaza. En las semanas previas al ataque contra Haniyeh, se estaban realizando avances lentos hacia un acuerdo, aunque ahora es poco probable que Hamás esté dispuesto a aceptar algo en el futuro cercano.

Es importante destacar que Haniyeh actuaba como mediador, mientras que las decisiones finales sobre los términos que Hamás aceptaría en un acuerdo recaen en Sinwar. Sus objetivos esenciales no han cambiado, y alcanzar un acuerdo con Israel sigue siendo su mejor opción para asegurar tanto su supervivencia personal como la de su organización en Gaza. Amidror reflexiona que “Sinwar toma decisiones más en función de lo que sucede en Gaza que de lo que le sucede a un líder que pasa su tiempo en hoteles de seis estrellas en Qatar”.

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