Gente normal. Que disfruta y sufre (¿la vida no es eso?). Que estudia, trabaja, y trata de apañarse lo mejor que puede con sus miserias, pero también con sus sueños. Siempre está bien tener alguno, aunque lo normal sea perder, no ganar. Que Álvaro Martín nos lo recordará de una manera sencilla tras conquistar el bronce en los 20km marcha ayuda a poner en valor a todos esos deportistas en quienes sólo se repara cuando se les obliga a ser los mejores. A triunfar. Y a veces, como ocurrió ayer, lo consiguen.

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