Supo arrasar, supo sufrir, supo esperar, supo rematar. Supo Carlos Alcaraz cómo jugar y ganar el partido de cuartos de final que le coloca a un solo triunfo de garantizarse una medalla olímpica. Supo gestionar e interpretar las señales que le enviaban tanto su cuerpo como el de Tommy Paul para firmar el partido más redondo y maduro (6-3 y 7-6) de cuantos ha disputado esta semana en los Juegos Olímpicos. Una victoria de quilates que vale un billete para las semifinales del cuadro individual.

Fuente