Concept of electronic learning, learning online through webinars, video tutorials, and internet courses. / Concept of electronic learning, learning online through webinars, video tutorials, and internet courses.
Debo expresar, con cierta claridad, la disconformidad con los recientes comunicados e invitaciones que se hacen desde centros de formación de distintas disciplinas (derecho y economía) y sus implicaciones en el mundo laboral y económico con el fin de conseguir un mínimo de asistencia a seminarios, cursos, mesas redondas y conferencias no presenciales y cuya forma de comunicación se está haciendo a través de tarjetas de invitación por medios electrónicos. Presentación que conlleva la inclusión de un término anglosajón que desvirtúa lo pretendido tras la ilógica construcción semántica en el idioma o lengua española. Me refiero al vocablo “Webinar”.
No hace más de un año o tal vez algo más afloraron adeptos a la divulgación de este término anglosajón “webinar” en la construcción de mensajes e invitaciones dirigidas a interesados a inscribirse o matricularse en cursos, seminarios, conferencia, mesas redondas, etc, todos redactadas y escritas en español pero encabezadas con el mismo término inglés “webinar”.
El por qué lo hacen, prefiero no saberlo. ¿Tal vez porque se crean más cultos o por creerse una generación de innovadores del lenguaje materno? Personalmente no creo ni en lo uno ni en lo otro. A sensu contrario, el daño que hacen es irreparable. Y lo es, porque lamentablemente hay más imitación que ingenio y más imitadores que genios.
¿Por qué no hacen un exclusivo uso de la lengua, bien en inglés o bien en español? La misma invitación de asistencia o matriculación confeccionada en los dos idiomas, arriba o abajo, da igual, pero los dos diciendo lo mismo en su lengua. Seguro que ello sí supondría un aporte relevante al conocimiento.
Sinceramente, ¿cuál es la necesidad o cognición de esta sinrazón en la forma de construir el mensaje escrito en español pero en clave de inglés? ¿Qué se pretende desde estos centros con dicho vocablo situado en lugar dominante y preferente del tarjetón de invitación?
De los que suelo recibir (la mayoría seminarios de Derecho y del covid-19) gran parte de ellos son fruto del contagio por acción mimética. Si el coronavirus mata al 1% de la población infectada, el vocablo anglosajón «Webinar”(junto a otros) está siendo el ariete fuerte en la rápida agonía de la lengua española.
Este término les parecerá muy mercantilista e incluso culto y atractivo, pero, permítanme que les diga el rechazo que dicha injerencia en nuestra lengua provoca. Todos rechazan esta nueva injerencia de lo anglosajón y lo consideran una distorsión, deformación y desviación del lenguaje hablado y escrito a excepción de tales centros de “divulgación del conocimiento.”
¿No sería mejor una invitación construida con “SEMINARIO NO PRESENCIAL DE…….”, o “MESA REDONDA NO PRESENCIAL DE….” o “COLOQUIO NO PRESENCIAL DE o SOBRE….” ¿Tan imperfecta resultaría su redacción y la construcción del mensaje escrito correctamente en español?
Esta forma de desestructurar el lenguaje hasta conseguir desvirtuar su contenido semántico esta creciendo, y lo hacen con base en una contienda de acoso y derribo del idioma. Son acciones de mimetismo y de meros actos de esnobismo que se reproducen casi a la velocidad del sonido. Esta pérdida del pulso de la razón únicamente se detiene con respeto a la lengua de Miguel de Cervantes Saavedra.
En la sociedad que nos ha tocado vivir prevalece la exaltación por el no esfuerzo, el fervor a la copia por la copia, a celebrar el mimetismo perverso, a primar por encima de todo la adhesión al esnobismo, de la tendencia del servilismo al plagio, incluso del envilecimiento al esfuerzo intelectual, y a poner en boga la dejación de la aplicación de la razonabilidad y de la lógica.
Lo que hacen es desdeñable, son copartícipes de este pseudo movimiento contracultura patrocinado por ciertos centros afines a la divulgación de temas específicos del conocimiento impartiendo cursos, conferencias, seminarios con fines lucrativos, convirtiéndose en propagadores de la desnaturalización de la lengua.
Poner nuestra lengua en el sitio que se merece sería un acto de sensatez y, como no, de valentía, dejando de una vez por todas estos tics o contracciones distorsionadoras del lenguaje. Lo contrario, continuar con las injerencias idiomáticas (como, Webinar) supone una actitud de irresponsabilidad, de modernidad mal entendida, de acto de mimetismo, de ausencia de personalidad y de complejo de inferioridad de quienes hacen tal uso distorsionado del lenguaje.
Así que si me lo permiten, cambien su política comercial y mercantilista en todo aquello que pudiera afectar a la lengua que nos ha permitido históricamente comunicarnos sin necesidad de intromisiones lingüísticas y que tantas obras literarias maravillosas ha dado a generaciones y generaciones de ciudadanos de todo el mundo.
Las lenguas no son modos de comunicación y expresión estáticas, ni muertas, sino todo lo contrario, son y deben ser vivas, sujetas a transformaciones en un proceso lógico de evolución, pero, esto que hacen difiere notoriamente del progreso científico y racional de una lengua.
No hurguen ni construyan caprichos lingüísticos ilegibles con afanes mercantilistas y publicitarios con consecuencias que afectan a la semántica, al significado de las palabras. Dejen que evolucione en un proceso lógico de desenvolvimiento de lo escrito y hablado. Dejen el inglés para cuando hablen o escriban en dicho idioma y hagan lo mismo con el español. Lo que tengan que decir, díganlo en la lengua que quieran, en español o si lo prefieren en inglés, pero, respetando sus estructuras y el sentido lógica del orden de las cosas. No hagan invenciones ni experimentos que no llevan a ningún lado, dejen de alterar las reglas del progreso, dejen nuestro lenguaje en su proceso normal y mucho menos copien errores de otros sin un acto previo de reflexión. Reserven las acciones miméticas, la mímesis, para las artes gráficas.