El desalojo de un solar convertido en hogar para cientos de personas en un barrio de Ibiza ha dejado lágrimas y gritos de desesperación entre todos los que se han quedado sin casa. Los antidisturbios han reducido a los que se resistían ante la mirada de niños y mayores.
En total, 600 personas que se han quedado sin hogar y que, además, se han enterado en el mismo día que debían abandonar la finca. Todos pagan un alquiler por vivir allí, en un solar de 25.000 metros cuadrados de propiedad privada que pertenece a 6 hermanos.
Uno de ellos ha sido quien ha hecho negocio alquilando parcelas para que puedan vivir allí y los otros hermanos han sido quienes han denunciado para recuperar el terreno.
Los vecinos han asegurado que les han estafado, pues ellos han pagado y los quieren echar sin previo aviso. Ahora cientos de personas trabajadoras se han quedado en la calle sin saber a dónde ir.
Muchas familias recurren a vivir en estos lugares por los elevados precios de los alquileres, y el desahucio ha acabado con 6 detenidos y muchos trabajadores pidiendo ayuda y justicia para seguir viviendo en la isla.
En Y ahora Sonsoles hemos hablado con Ana María, una de las desalojadas, que ha dejado claro que aunque están mal están todos unidos, y que en el desalojo se vivió mucha violencia. «Actuamos por supervivencia», ha dicho.
Ahora mismo, ha asegurado Ana María, lo más importante es poder entrar para sacar sus cosas básicas. Esta joven vivía con una amiga en un barco a pesar de trabajar dando clases y cobrar alrededor de 2.000 euros al mes.
Ella ha podido alojarse junto a su hermana en otro lugar, pero hay personas que están durmiendo en la calle. «Pedimos un poco de humanidad y que nos manden ayuda», ha dejado claro.