Los bancales están preparados. Han llegado las semillas, compost, fertilizantes y comprometido las cosechas de las mejores hortalizas de la huerta tradicional con supermercados y congeladoras. Algunas parcelas han comenzado a plantar ya las alcachofas, la joya de la Vega Baja, sobre 2.000 hectáreas. También están preparadas las tierras para la coliflor y el brócoli.
Ahora es necesario que pase agua cuando se abra el tablacho. Es esta la preocupación máxima entre los miles de pequeños agricultores que completan sus rentas familiares con estos cultivos, y entre grandes y medianas empresas agrícolas que, a pesar de las dificultades, siguen viviendo de los recursos hídricos que llegan del río Segura en la Vega Baja. José Vicente Andreu, presidente de Asaja Alicante, señala que la campaña de hortalizas se afronta en esta comarca con una gran incertidumbre.
Restricciones
En noviembre se fijaron restricciones del 25 % para los riegos tradicionales, que ahora en pleno verano se hacen notar más y, lo más probable ante la situación de los embalses de cabecera del Segura que permiten los desembalses al río, es que las restricciones al 50 % comiencen a aplicarse desde el mes de septiembre, para unas cosechas que comienzan recogerse en octubre y noviembre.
Preparación de bancales y plantación en la huerta de Orihuela / INFORMACIÓN
Todo preparado
«Los agricultores quieren seguir y lo tienen todo preparado pero no saben si van a tener agua», explica Andreu, que además señala que una situación así en el riego tradicional también afecta a comunidades que, aunque riegan del trasvase, necesitan del soporte de aguas del río. Pero, según el balance del Ministerio para la Transición Ecológica de esta misma semana, los embalses del Segura están a un 22,4 % de su capacidad total, el porcentaje más bajo de todas las cuencas hidrográficas del España.
Reservas
La cuenca del Segura apenas cuenta con 232 hectómetros cúbicos. De ellos en torno a un centenar son aprovechables para el riego de aquí al final del año hidrológico -el 30 de septiembre-, el resto está distribuido por reservorios de la cuenca media y baja del Segura. Por ejemplo, los 48 hectómetros que acumula La Pedrera corresponden exclusivamente a aguas del trasvase y desaladas. La misma semana del año pasado eran 358 hectómetros y los embalses del Segura estaban al 31 % de su capacidad.

Bancales en la huerta de Rojales, en una imagen de archivo / E.D.G.
Asaja considera incongruente el cálculo de balances hídricos -realizado por la Confederación Hidrográfica del Segura-, que impide abrir los pozos de sequía que permitirían dotar con 30 hectómetros cúbicos más al año a los regantes tradicionales. Un cálculo que incorpora a los datos globales el estado de los embalses de cabecera del Tajo que dotan al acueducto, a pesar de que esas aguas nunca van a llegar al riego tradicional. Así, como Entrepeñas y Buendía presentan una situación hídrica excepcional con más de 1.000 hectómetros en conjunto, el balance ofrece un engañoso resultado de normalidad hídrica para la cuenca del Segura, cuando en realidad está bajo mínimos.
Temperaturas
Por otra parte, las temperaturas extremas de los últimos días pueden poner el peligro el calibre de los cítricos, en especial el limón, pero para Andreu esa sería la menor de las preocupaciones para una producción que en la anterior cosecha se quedó por completo en el suelo al no contar con compradores. En este sentido, indicó que este verano está siendo mucho más «normal» en temperaturas máximas que el pasado.
Polémica y riego
Al margen de la enorme polémica por los recortes del trasvase, en estos momentos las comunidades de regantes que cuentan con dotación de agua del Tajo -casi 60.000 hectáreas entre la Vega Baja y el Baix Vinalopó-, están recibiendo los caudales reservados en la cabecera, mes a mes, con autorizaciones de 27 hectómetros que se están desembalsando ahora. Son más de 20.000 hectáreas distribuidas sobre todo entre Orihuela, Almoradí, Callosa de Segura, Dolores, Catral y San Fulgencio, más las comunidades de regantes aledañas, sobre todo de la Margen Derecha del Segura, que combinan las dotaciones de recursos hídricos del trasvase del Tajo.
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