En la comparecencia de balance del curso, Pedro Sánchez ha destacado que, pese a que la oposición insistía en que España se iba a romper con él en La Moncloa, la realidad es que el país está más unido que en 2018 y la economía va mucho mejor. 

Ha dejado claro que nada le va a frenar, tampoco las críticas internas. “La noticia sería que García Page apoyara al Gobierno”, ha bromeado para desautorizar al barón castellano manchego, que rechaza de plano el acuerdo con ERC.

Sánchez ha pasado por encima de todas las polémicas, y ha esquivado casi todas las preguntas sobre el pacto con ERC.

Ha admitido que él solo piensa en el resultado: la investidura de Illa. Y la clave ahora es que las bases de ERC voten a favor del acuerdo. Por ello, no ha escatimado en elogios a los republicanos y ha tratado de convencer a los progresistas con dudas con el mensaje de que el tiempo nos dará la razón, estamos arreglando problemas, mejorando la economía, reduciendo la desigualdad y resolviendo el conflicto catalán.

Pero para lograrlo, ha venido a reconocer el presidente del Gobierno, hay que hacer concesiones arriesgadas. Lo relevante, ha insistido, es mirar el resultado final. Y ha concluido que por todo ello no importa que en el camino se produzcan incoherencias, cambios de opinión, saltos que el Gobierno dijo que nunca daría…

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