Redeia ha visto recortado en un 24% el beneficio neto en el primer semestre del año, que fue de 269,3 millones de euros. El resultado de la compañía se ha visto impactado por la finalización de la vida útil regulatoria de sus activos anteriores a 1998. Eliminando este efecto, el resultado consolidado atribuido a la sociedad crece un 5,2%.

«En este ejercicio los resultados del grupo vienen marcados por la finalización de la vida útil regulatoria de los activos anteriores a 1998, cuyo impacto anual en ingresos asciende a 260 millones de euros aproximadamente, generando un impacto negativo en todas las magnitudes de la cuenta de resultados. No obstante, los resultados obtenidos son los esperados y están alineados con las expectativas del mercado», destacan desde Redeia.

El resultado bruto de explotación (EBITDA) ha alcanzado los 681,3 millones de euros, un 13,7% por debajo del obtenido en el primer semestre de 2023. No obstante, eliminando el efecto de los activos pre-98, es un 3,5% superior. El resultado neto de explotación (EBIT) alcanza los 413,7 millones de euros, disminuyendo un 21,6% respecto al mismo periodo del año anterior.

El resultado financiero empeora un 11,3% y alcanza los -44 millones de euros, en comparación con los -39,5 millones de euros del mismo período del año anterior.

El gasto financiero se sitúa en los -74,8 millones de euros, aumentando en 4,4 millones de euros respecto al primer semestre 2023, consecuencia principalmente del mayor coste medio de la deuda, que ha pasado del 2,11% al 2,22% a cierre de junio 2024, y por mayores saldos medios. La compañía señala que esta partida se ha compensado en parte por unos mayores ingresos financieros que alcanzan los 30,9 millones de euros.

Redeia ha ratificado sus estimaciones de cierre del ejercicio 2024 con un EBITDA superior a los 1.300 millones de euros y un beneficio neto en el entorno de los 500 millones de euros.

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