Lucas Pérez Martínez (A Coruña, 1988) cambiará mañana las botas por el micrófono. Tras el entrenamiento de la mañana en Portugal con el Dépor, cogerá un coche que le traerá a la ciudad para dar el pregón de las fiestas de María Pita (21.00). Al día siguiente le tocará hacer el camino inverso. Haber tenido emigrar para ser profesional evitó que disfrutase en su adolescencia de parte de los clásicos coruñeses de este mes de agosto, pero mañana por la noche se sube al balcón henchido de orgullo y con la duda de si se pondrá “nervioso”. “No sé cuántos de Monelos habrán ido a dar el pregón”, avisa entre risas.

¿Ya tiene el texto listo? ¿Lo ha preparado?

Estoy a la espera de que el club y el Ayuntamiento me ayuden algo, pero yo al final y al cabo le voy a dar mi toque. Como coruñés, tengo mis anécdotas y mis cosas.

¿Cómo fue la experiencia del ‘ensayo’ en las fiestas de Monelos?

Me lo pidió la asociación de vecinos y ¡qué les voy a decir! También me dijeron para ir a Corme y a más sitios, pero yo no soy pregonero (se ríe). A Monelos llevé a Touriñán, porque sabía que le iba a hacer ilusión a la gente de allí.

Las fiestas siempre remiten a recuerdos infantiles y juveniles. ¿Le pasa lo mismo?

Fui a a las fiestas de A Coruña, a las de O Burgo, a las de Vilaboa… La Batalla Naval, la Feria Medieval… Todo eso te recuerda a cuando eras niño. Iba con mis amigos o con mis abuelos, aunque eran mayores y no eran de trasnochar. Eso sí, no las viví tanto porque la mayoría de veces estaba fuera de A Coruña. Me fui con 15 o 16 años, que es cuando sueles salir con los amigos y te dan un poco de libertad para volver a casa más tarde. Con 12 o 13 vas, pero a ciertas horas… Yo lo que haré será llevar a mi hijo el día de mañana cuando crezca. Y si es jugador de fútbol, como el padre, igual no le toca vivirlas, es lo que hay. Son etapas de la vida.

También se vive a través de la ilusión que le hace a la familia…

Todo el mundo va a estar allí (en María Pita). Muchos ya me estaban preguntando a qué hora es. Va a ir mucha gente conozco. Ya les dije que me sacasen guapo con la cámara.

Esa foto hay que guardarla…

Claro, hay que guardarla con la del ascenso. Con el paso de los años es cuando más lo valoras, por eso tengo tantas ganas. Me regalaron unos amigos un cuadro con la foto de María Pita con la camiseta de Manuel Pablo y ya la tengo colgada. Cada vez que la veo, es que ese momento… Llevo año y medio viviendo experiencias muy bonitas, aunque no subiéramos el primer año. Da igual. El fútbol, como la vida, no es fácil y las cosas no se consiguen cuando uno quiere. Es algo que me llevo en el corazón, el cariño de todo el mundo. La gente me saluda por la calle. Todo el mundo me dice que hay que subir a Primera. Yo ya les digo que hay que ir paso a paso, que primero habrá que dejar que empiece la liga y después ya… Lo entiendo y lo apoyo. Hay que enganchar la gente. Estamos rompiendo récords de abonados. En nada cierran de nuevos los abonos. Yo el mío y el de mi hijo ya los tengo renovados, a mí el mío ya no me lo quita ni Dios.

¿Se pondrá nervioso?

No lo sé, igual, puede ser que sí. No es lo mismo subir con el equipo, (en el ascenso) que hacerlo solo. Si estoy nervioso, pues bueno.

Solo ante el peligro…

Solo, solo, no. Va a estar Inés (la alcaldesa), a alguien voy a tener. La gente viene para escucharlo, para oírlo, para verme. Puede ser que me ponga algo nervioso. Intentaré que no se me note mucho.

¿Cómo se lo pidieron?

En el momento en el que me lo comunicaron yo le dije a Inés (la alcaldesa) que sería un orgullo y un placer. Las ganas son máximas. Es algo más que me va a quedar para toda la vida, otra foto que tengo en María Pita. Es increíble, muy bonito. Son experiencias y momentos únicos que te quedan para tus recuerdos y para el día de mañana. Las fiestas son A Coruña, que es mi vida, mi infancia, donde me criaron mis abuelos, la ciudad en la que crecí… Para mí es muy importante.

¿Le vacilaron sus compañeros?

No, ¡qué va! Aquí (en la concentración del Dépor en Portugal) a la gente le da mucha rabia no poder estar. Todos me dijeron que les hubiera gustado. No me vacilan para nada. Es más, al ser de A Coruña, hay gente como Villares, Barcia, Rubén… A todos les hace ilusión que vaya allí. Es lógico, es entendible. Es un sueño para los seres queridos tuyos, para tu familia. Les gusta, se sienten orgullosos. Es un reconocimiento del Concello, de la ciudad… El último del Dépor creo que fue Fran, ahora le toca a uno de Monelos. No sé cuántos de Monelos habrán ido a dar el pregón (se ríe).

Mañana tiene un día completo. ¿A qué hora se sube al coche?

Salgo después de entrenar y no sé muy bien a qué hora llegaré. No sé si como aquí. Lo hablaré con el míster, luego ya volveré el viernes por la mañana. Nos entrenamos por la tarde. El club e Imanol se han portado de 10, comprendieron la ilusión que tenía yo de ir al pregón. Les agradezco que entiendan esta situación tanto para la ciudad como para mí y para el Dépor porque, al final y al cabo, el Dépor es de A Coruña. Es muy bonito poder estar allí representando al Dépor, porque si estoy ahí es gracias a mis compañeros. El año sale redondo gracias a todos. Yo voy arriba (al balcón de María Pita) porque logramos el objetivo, hicimos un gran año y volvimos a ilusionar a la ciudad. La ciudad está volcada con el Dépor.

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