El Barça pasará la madrugada del miércoles (01.00 horas) el primer examen de la ‘era Hansi Flick’. Los blaugrana se enfrentan al poderoso Manchester City que dirige un mito culer, Pep Guardiola. Lo harán sin cinco de sus internacionales, Koundé, Lamine Yamal, Ferran Torres, Cubarsí y Fermín; sin los lesionados Gavi, Pedri, De Jong, Araujo y Ansu Fati. Y quizá tampoco cuente con Raphinha y Gündogan, que llegan al partido apenas sin carga de entrenamiento después de haberse sumado al equipo este lunes.
El Manchester City lleva ya seis días en Estados Unidos. Y también tiene ausencias importantes, ya que futbolista de la talla de Foden, Stones, Walker, Julián Álvarez o Rodri, entre otros internacionales, aún siguen de vacaciones. Un carrusel de bajas que han pasado factura al conjunto skyblue en los dos primeros amistosos de temporada, en los que ha sumado sendas derrotas contra el Celtic (3-4) y el Milan (2-3).
En vísperas de enfrentarse al Barça, Guardiola ha vuelto a criticar con dureza el calendario y la nula voluntad de los máximos organismos futbolísticos de poner solución.
«Si los grandes jefes y todas las instituciones como la FIFA, la UEFA y la Premier League no piensan en los jugadores, tendremos que ser los entrenadores los que pensemos en ellos, de lo contrario morirán», sentenció un Guardiola que considera que «es necesario un descanso de tres semanas o un mes, pero las competiciones están ahí y hay que adaptarse».
Es por eso que el de Santpedor ha dado un mes de descanso a sus internacionales, a pesar de que en apenas doce días afronta el primer título de la temporada, la Community Shield, contra su máximo rival ciudadano, el Manchester United.
No hará un mes desde que España e Inglaterra disputaran la final de la Eurocopa, por lo que los internacionales que disputaron aquel partido aún deberían estar de vacaciones. Todo apunta, sin embargo, se habrán integrado a la disciplina del equipo, a pesar de tener persmiso de Guardiola para no hacerlo.
«Nos hubiera gustado tener una preparación adecuada, pero es imposible, porque las selecciones merecen jugar y cada institución como FIFA o UEFA y las competiciones locales quieren defender su producto y hacer partidos», lamenta un Guardiola que reflexiona: «No hay solución y no habrá solución, porque no hay intención de encontrarla. Los clubs tenemos que viajar para mostrar nuestra marca por todo el mundo, para que otros continentes y lugares vean a nuestros jugadores y nos tenemos que adaptar».