Simpatizantes de la oposición venezolana han iniciado acciones de protesta para denunciar un supuesto fraude electoral en las elecciones presidenciales del domingo con caceroladas y cortes de carreteras en algunos puntos del país. Las caceroladas de descontento se han podido escuchar en barrios de Caracas como Petare, Altamira, Chacaíto, Bellas Artes, La Vega, El Valle, Catia y La Candelaria, según vídeos publicados en redes sociales y cuya autenticidad no ha podido ser verificada.
También ha habido concentraciones y marchas espontáneas como la registrada en la carretera Petare-Guarenas, concretamente en la parroquia de Caucagüita del Municipio Sucre, estado de Miranda. Y en la autopista Caracas-La Guaira se han quemado hileras de neumáticos, según difunde la cuenta del partido opositor Voluntad Popular: «La Guardia Nacional Bolivariana se niega a reprimir al pueblo que pide respetar la voluntad». Igualmente ha habido protestas espontáneas en otras ciudades como Maracay, según han publicado activistas de la oposición en redes sociales.
Mientras, el presidente Nicolás Maduro, denunció este lunes que está en marcha un intento de golpe de Estado «de carácter fascista», en vista de los cuestionamientos a su reelección -anunciada el domingo por el ente electoral-, que fue rechazada por la oposición mayoritaria y buena parte de la comunidad internacional. «Se está intentando imponer en Venezuela un golpe de Estado, nuevamente, de carácter fascista y contrarrevolucionario», dijo Maduro durante el acto de proclamación como presidente reelecto, en la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE) en Caracas.
El mandatario aseguró que esta es «la misma película» y «con un guion parecido» que la vivida -aseguró- en 2019, en el que «los protagonistas» son «los mismos», por un lado «el pueblo que quiere paz» y por otro lado «élites llenas con un proyecto contrarrevolucionario, fascista, amarrados al imperio estadounidense». Señaló que se «están ensayando los primeros pasos fracasados para desestabilizar a Venezuela» y para imponer «otra vez» un «manto de agresiones y daños», una «especie de película (Juan) Guaidó 2.0», en referencia al período en el que el opositor se autoproclamó «presidente encargado» del país.
Esta declaración se produjo minutos después de que nueve países (Uruguay, Argentina, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú y República Dominicana) pidiesen una reunión urgente de la Organización de Estados Americanos (OEA) para abordar los resultados electorales de Venezuela. Asimismo, otras naciones han expresado su preocupación ante las denuncias de fraude de la oposición, al tiempo que piden a las autoridades garantizar la transparencia del proceso y permitir un conteo detallado de los votos.