No solo son las garantías de cumplimiento que exige ERC al PSOE -que también- en materia de financiación lo que impide que el acuerdo para la investidura de Salvador Illa se selle ya de forma definitiva, sino también las discrepancias internas que tratan de gestionar los republicanos con unas filas en convulsión. Al estira y afloja con los socialistas se suma el pulso interno y la dirección republicana lleva desde primera hora de la mañana reunida en la sede de Calàbria para decidir sobre el preacuerdo.

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