Israel planea implementar una legislación para imponer un impuesto mínimo global a las corporaciones multinacionales, una medida adoptada por 140 países para evitar la evasión fiscal mediante la transferencia de beneficios a jurisdicciones de bajos impuestos.

El Ministerio de Finanzas de Israel anunció que a partir de 2026 se establecerá un Impuesto Mínimo Complementario Nacional Cualificado (QDMTT) del 15% sobre las ganancias de multinacionales con ingresos anuales superiores a 750 millones de euros (812 millones de dólares).

El objetivo es garantizar que las grandes empresas tecnológicas, con operaciones significativas en Israel, paguen impuestos dentro del país en lugar de en el extranjero.

El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, señaló que adoptar el estándar internacional para la tributación de multinacionales ayudará a mantener el atractivo del sistema fiscal israelí y a evitar la fuga de impuestos.

La decisión se basa en la recomendación de altos funcionarios del Ministerio de Finanzas, incluidos el economista jefe Shmuel Abramzon y el jefe de la Autoridad Tributaria de Israel, Shai Aharonovitz. La legislación debe ser redactada y aprobada por la Knéset.

La iniciativa es parte del proyecto BEPS (Base Erosion and Profit Shifting) liderado por la OCDE, cuyo propósito es evitar que las grandes empresas tecnológicas evadan impuestos al trasladar sus beneficios a paraísos fiscales.

Según el experto en impuestos Leon Harris, aunque la implementación en Israel se proyecta para 2026, otros países iniciarán el cobro en 2024, lo que podría provocar una pérdida de ingresos para Israel en los años intermedios. Actualmente, Israel tiene una tasa impositiva corporativa general del 23%, aunque grandes tecnológicas disfrutan de tasas reducidas bajo la Ley de Fomento de Inversiones de Capital.

Empresas multinacionales como Intel, Microsoft, Google, Apple y Amazon, que operan en Israel, han disfrutado de tasas impositivas bajas a cambio de invertir en infraestructura y generar empleos locales. Un acuerdo reciente con Intel establece una tasa del 7.5%, superior al 5% anterior, debido a la construcción de una nueva planta en Kiryat Gat.

Harris advirtió que para mantener la atracción de inversiones, Israel podría necesitar ofrecer “créditos fiscales reembolsables cualificados”, en línea con prácticas de otros países como el Reino Unido y EE. UU., que ofrecen incentivos fiscales generosos para la I+D y energía.

La reforma fiscal global pretende evitar la pérdida de ingresos fiscales para Israel, aunque Harris sugiere que los créditos fiscales reembolsables podrían neutralizar este efecto.

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