Los venezolanos arrojaron una moneda al aire y, al caer la tarde, aguardaban en medio de un creciente nerviosismo conocer la cara ganadora: Nicolás Maduro o su principal adversario, Edmundo González Urrutia.»Esperar», es el verbo clave del final de jornada. El presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Elvis Amoroso, pidió paciencia hasta que el escrutinio ofrezca «una tendencia irreversible». Amoroso salió al cruce de fake news en las redes sociales. «Ningún sondeo a pie de urna es verdad»
«El acto cívico más importante de nuestra historia«, dijo María Corina Machado, el principal sostén emotivo y político del candidato opositor, un reconocimiento de que la jornada se desarrolló sin los temidos sobresaltos violentos. Machado señaló no obstante que los testigos que representan al antimadurismo en las mesas de votación «son los héroes de este proceso» porque resguardarán el veredicto de las urnas. Tanto el Partido Socialista Unificado (PSUV) como la Plataforma de Unidad Democrática (PUD) confían en que el entusiasmo popular que se verificó en las calles venezolanas les dan indicios de que la victoria está en sus manos. Más allá de las intuiciones, el momento determinante de este domingo será cuando el CNE comience a divulgar el escrutinio. La distancia entre los principales rivales iluminará el horizonte político de ese país.
«Reconozco y reconoceré al árbitro electoral, los boletines oficiales y haré que se respeten: palabra santa», dijo el hombre que defiende su reelección en medio de una instancia competitiva que no esperaba. «Llamo a los 10 candidatos presidenciales, a los 38 partidos políticos, a respetar, a hacer respetar y declarar públicamente que respetarán al poder electoral». El llamado tuvo respuestas a medias. Para la PUD es esencial que las cifras del CNE y la de sus testigos en las mesas de votación sean parecidas a una gota de agua.
Los comicios venezolanos adquieren una importancia regional y geopolítica. No solo son mirados por América Latina con sumo interés. El subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Brian Nichols, expresó las expectativas de Washington. «Hoy, los venezolanos acudirán a las urnas para votar en una elección presidencial histórica que puede ofrecer a los votantes una opción real». La importancia de la contienda entiende a los Gobiernos y las fuerzas políticas. El magnate Elon Musk se pronunció a favor de González Urrutia.
Cambio o continuidad: lo que está en juego
Unos 20 millones de ciudadanos han tenido en sus manos la posibilidad de incidir en la hoja de ruta: si se mantiene en línea recta, bajo la guía de Maduro, o tiene lugar el cambio que anhela una parte de la sociedad. Una eventual victoria de González podía tener un efecto parecido al plebiscito que, en 1988, puso fin a las aspiraciones del general Augusto Pinochet de eternizarse en el poder chileno, abriendo las puertas del Palacio de Miraflores a una compleja transición política. En caso que eso sucediera, comenzará a partir del lunes a tener relevancia especial un concepto clave: «transición democrática”. Maduro descree de ese escenario, al punto que cuando fue consultado por la prensa sobre semejante posibilidad la eludió con elegancia, aunque no sin cierta incomodidad. El PSUV cree lo mismo. Que los comicios se celebren el día del cumpleaños de Hugo Chávez es, para el madurismo, más que una señal promisoria: no se puede ofrendar otra cosa que un triunfo al líder histórico de un movimiento que gobierna desde 1999.
La oposición ha juntado fuerzas tras años de fuertes enfrentamientos, movilizó con intensidad, convencida de que el cansancio social tras 25 años de chavismo y madurismo buena parte de la sociedad quiere dar vuelta de página. El PSUV también mostró que su maquinaria tiene la capacidad de funcionar en las coyunturas decisivas. El escrutinio permitirá a los analistas comprobar sus conjeturas. Maduro podría ser el vencedor por una variedad de circunstancias: el efecto de migración que no ha podido votar, el peso de la maquinaria que fusiona al partido con el Estado y la mejora económica tras años de crisis. El presidente ha prometido bonanzas que no se ajustan con la realidad y que también definirán los límites de la oposición, en caso de acceder en seis meses al Palacio de Miraflores: el PIB venezolano ha caído tanto entre 2013 y 2020 que es de unos 100.000 millones de dólares, una cuarta parte de lo que era en tiempos que la renta petrolera permitía mayor homogeneización y consumo. Pero, además, tiene una deuda externa de 160.000 millones de dólares quenecesita reestructurarr. Tanto el Gobierno como sus contendientes reconocen que ese paso es indispensable, gane quien gane.
En caso de que González Urrutia sea el protagonista de un giro político histórico en Venezuela, lo habrá hecho en condiciones de adversidad significativas. Gran parte de la migración, un éxodo de 7,7 millones de personas, según ACNUR, habría votado por él y no pudo hacerlo por impdimentos legales. El candidato opositor llamó a las Fuerzas Armadas a «respetar» el resultado. Días atrás, Vladimir Padrino López, el general del Ejército que maneja el ministerio de Defensa, dijo: «el que ganó a montarse encima de su proyecto de Gobierno y el que perdió que se vaya, a descansar. Eso es todo». El compromiso con esa afirmación será decisivo. Maduro también habló descartando que eso pudiera verdaderamente ocurrir al señalar que el mismo lunes convoca a «dialogar» a los perdedores. La solidez del proceso electoral se verificar, sin embargo,o cuando el CNE diga oficialmente quién será el próximo presidente.