Algunos esperaban lluvia en la braña de Aristébano, entre Valdés y Tineo, por eso que dicen de que novia mojada es novia afortunada, pero el sol quiso regalar también un día de ensueño con el que poder celebrar un emotivo enlace cargado de significado y tradición en la 64ª edición de la Vaqueirada.
María del Carmen Suárez, gijonesa con origen en la braña valdesana de Silvamayor, y Leonel Cardoso, natural de Portugal y afincado en Gijón, estaban más que seguros del paso que estaban dando al contraer matrimonio. «Después de 18 años de relación y dos hijas ya tocaba», bromeaba la novia.
Leonel reconoce que ya tenían fecha para celebrar su casamiento. «El 26 de julio íbamos a casarnos». Pero al ver que no había novios para poder celebrar el casamiento vaqueiro decidieron formar parte de esta tradición. «A mucha gente le llama la atención porque le parece una forma inusual de casarse. Pero a mí lo que me gustaba era casarme como lo hizo mi bisabuela, mi tatarabuela y mis antepasados. Es una manera de seguir la tradición. Pensamos sobre todo en nuestras hijas, por la ilusión que les iba a generar tener un recuerdo así», reconocía la novia. Finalmente, ayer, ella con 43 años y él con 51, se dieron el deseado «sí, quiero» delante de centenares de personas.
Solamente los nervios de tener que subir a caballo hasta llegar al tan ansiado momento de la ceremonia preocupaban a la novia minutos antes de la celebración. «Estoy muy feliz y emocionada por ver tantas caras conocidas, pero reconozco que el momento de subirme al caballo me da un poco de miedo», decía.
«Los vaqueiros son los guardianes de la Asturias orgullosa de sus tradiciones», sostiene el presidente del consejo rector
Nervios aparte y con la mirada fija en compartir el resto de su vida con su pareja, superó su miedo y emprendió el camino hacia lo que sería su nuevo futuro. «Después de tener varios problemas con el caballo y gracias a los ánimos que me dio todo el mundo pude sobreponerme y disfrutar del camino hasta aquí», reconocía tras la boda con una gran sonrisa que mezclaba orgullo y felicidad.
María del Carmen y Leonel, ataviados con el traje tradicional de los vaqueiros, captaron la atención de todos los presentes mientras avanzaban hacia el altar montados en sus caballos precedidos por el carro tirado por bueyes, en el que se trasladaba la cama con el ajuar para la pareja de recién casados. También los acompañaron los grupos de baile y música tradicional «La Corte» y «Perendengue» y el grupo de coros y danzas del que forma parte el matrimonio, el grupo gijonés «Jovellanos», además de los padrinos, Serafín Suárez y María Isabel Suárez, padre y hermana de la novia, amigos, las personas que recibieron la distinción de Vaqueiros Mayores y de Honor, y varios centenares de curiosos que se acercaron a vivir de cerca la Vaqueirada.
La ceremonia civil, la segunda de este tipo en la historia de la Vaqueirada, y la segunda que se produce entre una asturiana y un portugués, se realizó en una atmósfera cargada de tradición y alegría. Ismael González, alcalde de Valdés, y María Montserrat Fernández, alcaldesa de Tineo, oficiaron el enlace.
Una vez en el altar, los novios expresaron con manos temblorosas pero con voz firme su consentimiento para convertirse en matrimonio. Realizaron el intercambio de anillos y sellaron la celebración con un beso que hubo que repetir para disfrute de los asistentes, quienes vitorearon un sonoro «¡vivan los novios!» con el que concluía la boda.
La unión de María del Carmen y Leonel fue un evento significativo no solo para ellos y sus familias sino también para la comunidad vaqueira que demostró la fuerza de sus tradiciones.
En este contexto de celebración y tradición también se realizó la distinción de Vaqueiros Mayores y de Honor, elegidos por el Consejo Rector. Entre sus miembros destacó por encima de los demás su nueva secretaria, Serveh Hozhabri, elegida en el año 2023 como la primera vaqueira de honor de origen asiático por su raíces kurdas. «La cultura kurda comparte muchos valores con la cultura vaqueira», afirmaba.
Álvaro Queipo: «La Vaqueirada forma parte del ADN de Asturias»
El presidente del Consejo, José Luis Rodríguez, explicaba que estos nombramientos «honran a quienes guardan la esencia de la estirpe vaqueira y la transmiten con vocación a las generaciones futuras. Los vaqueiros son los guardianes de la Asturias rural, la que vive orgullosa de lo que se ha conseguido y que ama y ampara sus tradiciones», explicaba.
Este año, los nombramientos fueron para María Benicia Feito y Ricardo Fernández Méndez, como Vaqueiros Mayores, y como Vaqueiros de Honor el músico Richard de la Uz, la empresaria Inmaculada Riesgo, el médico Sergio Calleja , la catedrática Yolanda Berdasco, la directora de la Fundación Margatira Salas, Lucía Viñuela, y el presidente del Partido Popular en Asturias, Álvaro Queipo.
«Hay pocos homenajes en Asturias que estén al nivel de la Vaqueirada y de lo que puede representar ser vaqueiro de honor. La Vaqueirada forma parte del propio ADN de Asturias, de esos pueblos que se encargaron durante tanto tiempo de dar forma a nuestros montes y de esa Asturias que disfrutamos gracias a los ganaderos que son herederos directos de aquellos vaqueiros que recorrían las brañas y se mostraban fuertes ante la adversidad», reconocía emocionado el dirigente popular.
Con el sol poniéndose sobre la braña de Aristébano, la celebración continuó con música, baile y alegría. La comunidad vaqueira, unida por sus tradiciones despidió a los homenajeados y a los recién casados con la certeza de que su historia quedará para siempre entrelazada con la rica historia de la Vaqueirada.