«Yo soy Nicolás Maduro, presidente del pueblo y reconozco y reconoceré al árbitro electoral, los boletines oficiales y haré que se respeten: palabra santa». Las expresiones del hombre que defiende su reelección en medio de una instancia competitiva que no esperaba acompañaron la apertura de los comicios en Venezuela.
Los colegios electorales abrieron a las seis de la mañana y por 12 horas permitirán a unos 20 millones de ciudadanos decidir a través del voto si quieren un cambio político o mantienen a Maduro en el Palacio de Miraflores.
Por lo pronto, el mensaje se corrió de la trinchera retórica de la última semana proselitista. «Llamo a los 10 candidatos presidenciales, a los 38 partidos políticos, a respetar, a hacer respetar y declarar públicamente que respetarán al poder electoral».
El mandatario, como la primera línea del Gobierno, sufragaron muy temprano, una tradición inaugurada por Hugo Chávez y que por primera vez en 25 años es puesta en jaque como nunca antes. Llegó al colegio electoral con una chamarra con los colores de la bandera nacional.
María Corina Machado, la líder opositora y principal respaldo de la candidatura de Edmundo González Urrutia, también consideró necesario hacer acto de presencia, al menos virtual, en las primeras horas de este 28 de julio que puede ser histórico. «A esta hora te pido que nuestro himno nacional se escuche en todo el mundo, desde tu corazón. ¡Y yo quiero escucharte; muéstramelo por aquí en las respuestas! ¡Salgamos a votar en familia con fuerza, alegría y convicción, porque lo vamos a lograr!», dijo a través de X.
Machado recorrió el país en nombre del abanderado de la Plataforma de Unidad Democrática (PUD). La dirigente de derechas, que a lo largo de la campaña moderó, al menos tácticamente, su programa político, logró contagiar con su entusiasmo a una parte importante de la sociedad. En las urnas se verificará el alcance de su carisma.
Los comicios venezolanos adquieren una importancia regional y geopolítica. No solo son mirados por América Latina con sumo interés. El subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Brian Nichols, expresó las expectativas de Washington. «Hoy, los venezolanos acudirán a las urnas para votar en una elección presidencial histórica que puede ofrecer a los votantes una opción real».
Nichols se pronunció en varias oportunidades a lo largo de las semanas precedentes a las contiendas. «A los venezolanos se les debe permitir votar de manera segura, y sus votos deben contarse de manera precisa y transparente», recordó este domingo.
Una eventual victoria de González tendrá un efecto parecido al plebiscito que, en 1988, puso fin a las aspiraciones del general Augusto Pinochet de eternizarse en el poder chileno, abriendo las puertas del Palacio de Miraflores a una compleja transición política. El Partido Socialista Unificado (PSUV) está convencido de que eso no ocurrirá. Que los comicios se celebren el día del cumpleaños de Chávez es, para el madurismo, una señal promisoria. Así lo recordó una de sus figuras, Diodado Cabello.» ¡Chávez soy yo, Chávez eres tú, aquí estamos los guerreros del PSUV, a la batalla! ¡En tus 70 años nosotros venceremos!».
Los símbolos son fundamentales para el partido de Gobierno, y también un arma emocional destinada a los chavistas sentimentales que se han apartado de la «revolución» con distinto grado de desencanto. Por eso, Maduro visitó en la madrugada de este domingo el llamado Cuartel de la Montaña, el antiguo Museo Militar donde se encuentra la tumba del bolivariano. «En su honor, hoy daremos una gran batalla por la Paz, la vida y el futuro», dijo.
González Urrutia dio cuenta de las ilusiones con la que una parte de los venezolanos esperó de madrugada el momento de emitir su sufragio. «Participación masiva ¡Todos a VOTAR! «. A mayor participación, los mejores las chances opositoras teniendo en cuenta de que unos cinco millones de ciudadanos que han emigrado no pueden ejercer su derecho electoral.
El carácter «santo» del veredicto del Consejo Nacional Electoral (CNE) al que aludió Maduro trae una bocanada de tranquilidad pero también se abrió tempranamente a la suspicacia porque el fiscal general,Tarek William Saab, recordó en más de una ocasión de que ese veredicto tendrá lugar a la hora que el organismo «lo considere». Una sugerencia, quizá apresurada, de que la noche del domingo será larga.