Jorge Javier Vázquez regresa este lunes 29 de julio a las tardes de Telecinco. Pero no es que vuelva ‘Sálvame’, sino que el que fuera su presentador se pone al frente de ‘El diario de Jorge‘ (15.45 horas), programa de testimonios que bebe de aquel famoso ‘El diario de Patricia’, adaptándolo a los nuevos tiempos. El también maestro de ceremonias de ‘Supervivientes All Stars’, donde le hemos visto hasta luciendo bañador ajustado, está contento ahora sin tanto colaborador: «Me gustan los programas de autor», se justifica.
¿No están ya muy manidos los programas de testimonios?
También están muy manidos los informativos y bien que los vemos, o el fútbol, o los programas del corazón… No es tanto el género, sino que el programa esté bien hecho. Además, hay una cosa que nunca pasará de moda en la televisión: que te cuenten historias. Y el punto fuerte de ‘El diario de Jorge’ son las historias.
Otra vez hace un programa en directo. ¿Todavía sufre lanzándose así al vacío?
No, hace tiempo que ya no sufro con el directo. Me gustan las inquietudes y esa sensación de no saber qué va a pasar, pero restándole dramatismo y trascendencia.
Está a la altura de Ana Rosa, Sonsoles o Évole, porque su programa se llama como usted. ¿No denota egocentrismo?
No es cuestión de egos, sino más de comodidad. Por muchos títulos que busques, ¿al final qué es? Pues el programa de Jorge.
Regresa a las tardes de Telecinco, el horario que también comparten sus excolaboradores de ‘Sálvame’ en el ‘Ni que fuéramos’ del canal Ten, aunque ahora se hayan ido de vacaciones. ¿Ve su programa?
Al principio los veía para ver qué hacían y ahora sigo lo que hacen más que nada por los cortes que me salen en las redes.
En ‘El diario de Jorge’, en cambio, reivindica no tener a famosos como colaboradores.
No quiero colaboradores. Estoy un poco saturado de esa casi obligación de llenar el programa de colaboradores, tampoco son necesarios tantos. Cuando veo programas, muchas veces echo en falta la figura del presentador, que se diluye con tanto colaborador. Me gustan los programas de autor, en los que se ve la huella y la impronta del presentador.
¿Ser tan viscerales como han sido ustedes en ‘Sálvame’ no es perjudicial para la salud?
Hay un momento en tu vida en el que o eres visceral o para qué te sirve vivir. Hay momentos en los que no puedes ser tibio ni estar en plan conformista. Para mí han sido unos años muy locos, pero ya he cumplido con ellos.
Esos años han hecho que se convierta en una figura con la que no hay medias tintas: o le aman o le odian.
Pero luego me encuentro que incluso los que parece que no te soportan son los que conocen más al dedillo tus andanzas y no dejan de seguirte. Al final eso es la televisión, ¿no?, que ves a la gente aunque no te guste. A mí me parece bueno provocar sentimientos.
¿En algún momento se ha planteado dejar la tele? Sobre todo cuando descubrió el teatro.
Ahí descubrí un universo de sensaciones brutal. El teatro llegó en un momento de mi vida en el que estaba en crisis con la televisión porque eran muchos años haciendo lo mismo y a un ritmo endiablado. Yo creo que todos, en algún momento de nuestra vida, hemos pensado en dejar nuestro trabajo, nos hemos imaginado otros mundos y otras vidas.
La próxima temporada, además de la posible continuación de ‘El diario de Jorge’, presentará ‘Gran hermano’ y ‘Hay una cosa que te quiero decir’. ¿No teme sentirse desbordado?
No, porque ya lo he hecho. Haga lo que haga, siempre trabajaré menos que antes. Porque date cuenta de que ‘Sálvame’ duraba cuatro horas y ‘El diario de Jorge’ es de cuatro menos cuarto a cinco y media. Yo creo que la gente no es consciente de lo que hicimos con ‘Sálvame’, que llegaban los fines de semana y también nos tocaba trabajar viernes o sábado. Además, llevaba desde octubre sin trabajar, con lo que han sido unos cinco o seis meses sin hacer absolutamente nada, algo que no había tenido en 20 años. Desde que estoy trabajando en televisión nunca había tenido un parón tan largo.
«Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos pensado en dejar nuestro trabajo»
¿En ese parón estuvo tranquilo porque sabía que iba a presentar de nuevo ‘Supervivientes‘?
Sí, pero también en ese tiempo, cuando estaba en casa, pensaba que si esto se acababa aquí, tampoco pasaba nada. Haciendo un balance, pensaba que había conseguido muchísimo más de lo que me había imaginado, y tampoco me quedaba ninguna asignatura pendiente. Ese tiempo que estuve en casa me sirvió para decir: si esto se acaba, a otra cosa.
No ha sido así, con el trabajo que se le avecina.
Cuando veo a la gente que admiro me gusta buscar en Wikipedia qué estaban haciendo a mi edad, con cuántos años empezaron un proyecto. Hace unos domingos comí con la hija de Mila Ximénez, Alba, y salió que su madre empezó ‘Sálvame’ con 57 años, y fue su mejor etapa personal y profesional. Y pensé: pues me quedan tres para que empiecen los mejores años de mi vida, y eso me da mucha alegría.
¿Le dio rabia que se personalizara tanto el fracaso de ‘Cuentos chinos’ en usted? Que no fracasara el programa, sino Jorge Javier.
Pues no. Lo pasé mucho peor con la ansiedad anticipada, pensando antes de estrenar qué sucedería, y cuando llegó la cancelación tampoco fue para tanto. Todo esto me ha enseñado a no sufrir anticipadamente. También era un momento muy especial de mi vida, en el que mi carrera profesional estaba bastante hecha. Me pasa con 30 años y para mí es un destrozo. Cuando pasó, lo primero que pensé fue en el equipo, pero sabía que iban a encontrar rápidamente trabajo, como así fue. Una vez quitada esa preocupación, disfruté de las vacaciones, de esa sensación de no tener que hacer nada ni hoy, ni mañana, ni al mes siguiente. Hice dos viajes largos con billete de ida pero no de vuelta, y eso me pareció, sinceramente, la leche.