Hace unos 100 años, Fermín Canella afirmaba que en Asturias “se siente la generosidad de los patriotas americanos que derraman incesantemente tantísimos beneficios sobre la tierra nativa. Ellos son nuestros regeneradores”. Con estas palabras Canella se refería a los miles de asturianos que, siendo casi unos niños, cruzaron el océano, trabajaron duro y tuvieran éxito o no, de formas muy variadas y con motivaciones muy diversas, estaban contribuyendo a la entrada de Asturias en la modernidad. Esta opinión era compartida por otros intelectuales de la época como Félix Aramburu, Rafel Altamira o Benito Álvarez Buylla, este último manifestaba en 1915 que los emigrantes eran «los hombres fuertes a los que Asturias debe su bienestar y su progreso».  A día de hoy, un siglo después, no podemos más que suscribir esas valoraciones, porque el legado de los emigrantes, americanos, indianos, cubanos… ya que de múltiples maneras se les conoce en Asturias, es visible, incluso en el lugar más recóndito de la geografía regional.

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