La extraña ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París tenía demasiadas amenazas sobre ella como para que todo el mundo saliera indemne de la misma. Y es que tras el desfile de las 94 embarcaciones con todos los países participantes hubo quien echó en falta algo más que una muda de ropa seca.
El abanderado de la delegación italiana, Gianmarco Tamberi, perdió su anillo de matrimonio durante el transcurso del mismo. El vigente co-campeón olímpico, mundial y europeo informó este sábado del «drama» al que ha tenido que hacer frente después de uno de sus momentos más felices como atleta.
«Lo siento mi amor, lo siento muchísimo» iniciaba en un post en el que hacía balance en frío de la situación. «Demasiada agua, demasiados kilos perdidos en los últimos meses o quizás el entusiasmo incontenible por lo que estábamos haciendo. Probablemente los tres, lo cierto es que lo oí escapar, lo vi volar… Lo seguí con la vista hasta que lo vi rebotar dentro del barco» resumía después.
Aunque ese «tintineo de esperanza» invitaba a pensar en un final feliz, finalmente el rebote fue en otra dirección hacia el cauce parisino. «Flotando más de mil veces en el aire lo vi sumergirse en el agua como si ese fuera el único lugar donde quería estar» resumía poéticamente el atleta de Ancona antes de asegurar que «si realmente tuviera que suceder, no podría imaginar un lugar mejor», ya que este anillo «quedará para siempre en el lecho del río de la ciudad del amor» después de ondear la tricolor italiana ante millones de espectadores.
«Si tuviera que inventar una excusa nunca habría sido capaz de ser tan imaginativo» admitía el deportista, archiconocido por competir habitualmente con la mitad de la cara afeitada y la otra no. En una recopilación de fotografías con su mujer incluía una pizca más de humor con un fotomontaje de su cara en el cuerpo de Frodo Bolsón ante el anillo.
Antes de regresar a la concentración italiana hasta el estreno del atletismo el próximo fin de semana le propuso a su mujer lanzar su alianza también «para que estén juntos para siempre y tengamos una excusa más para, como siempre me has pedido, renovar nuestras promesas. y casarse de nuevo». De esta manera, el sacrificio de la alianza serviría como «buen augurio para volver a casa con un oro aún mayor».
Segundo momento para la historia en unos Juegos
No es la primera vez que Gianmarco Tamberi (Ancona, 1992) salta a la primera plana en unos Juegos Olímpicos, siendo la anterior en Tokio hace tres años con su amigo Mutaz Barshim. El pacto que les concedió a ambos el oro olímpico ha sido aplaudido por su deportividad casi tanto como criticado por «ir en contra de los valores competitivos».
Tras su empate en los 2’37 metros, un resquicio del reglamento les daba la opción de cumplir su sueño a la vez. El juez jefe de la prueba les consultaba si querían saltar una nueva altura para romper esa igualada, aunque dejándoles claro que si no lo hacían, ambos se llevarían el primer puesto.
El catarí, campeón del mundo en Londres 2017 y Doha 2019 no dudó ni un momento. Con una breve mirada y un apretón de manos a su amigo confirmaba un acuerdo que desataba la locura para el italiano. Ambos se darían la mano en la celebración -tanto en el Estadio como en la Villa Olímpica, donde cenarían juntos- y en la entrega de medallas, donde se la colocarían mutuamente.
Ambos atletas son compañeros de generación, por lo que llevan toda una vida compitiendo juntos. Ya en los mundiales juveniles Tamberi mostraba su admiración por el catarí, llamado desde hace años a batir el legendario récord de Roberto Sotomayor. Y con el paso de las temporadas no ha hecho más que fortalecerse.
Una escayola para cumplir el sueño olímpico
En medio de la celebración sobre el tartán, Tamberi sacaría a relucir su mayor reliquia personal. La escayola que envolvió su pierna tras una lesión en el tobillo izquierdo que le hizo perderse los Juegos de Río. El saltador llegó a estar presente en las gradas de Brasil, llorando desconsolado mientras veía al canadiense Derek Drouin imponerse a su amigo o al polémico ucraniano Bondarenko.
Dicha venda fue incluso actualizada con el nuevo año de celebración de las Olimpiadas niponas, confirmando que el fetiche podría convertirse en amuleto.
Tamberi ejerció de capitán de su selección durante los Campeonatos de Europa de Atletismo celebrados en Roma el pasado mes de junio. Además de ser recibido por el presidente de la República, Sergio Matarrella -con quien viajó en su avión a París- el saltador de altura ejerció de showman con todo el público presente en el Stadio Olímpico antes de alzarse con el oro en una de las noches mágicas de la cita continental.