Este próximo domingo día 28 de julio se celebran elecciones presidenciales en Venezuela. Por primera vez, la oposición liderada por Edmundo González, tras la inhabilitación de María Corina Machado y Corina Yoris, tiene posibilidades de acabar con el régimen de Nicolás Maduro, que ya ha dicho que si pierde los comicios habrá un baño de sangre y una guerra civil.

Con la oposición en la cárcel, perseguida políticamente o inhabilitada, las esperanzas se ciernen sobre el candidato Edmundo González, ex embajador de Venezuela en Argelia, que parte como favorito en todas las encuestas, con una ventaja de 26 puntos sobre el candidato oficialista.

Falta por ver si Maduro aceptara el resultado de las elecciones en caso de que pierda y si van a ser unos comicios con todas las garantías.

Maduro ha prohibido la entrada al país de varios senadores españoles, no así del ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, amigo personal del dictador Maduro que ya actúo como observador internacional en las últimas elecciones, gran valedor del régimen de Nicolás Maduro que ha llevado a Venezuela a la ruina y a la miseria más absoluta.

Otro personaje de la política española que también se encuentra en Venezuela para apoyar el régimen de Maduro es el cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, cuyo baile en apoyo al dictador se ha hecho viral en las redes, no sin antes cargar contra el líder opositor Leopoldo López, condenado a 14 años de prisión por el régimen de Nicolás Maduro, al que ha llamado “terrorista” y “prófugo”. La relación de Monedero y de toda la cúpula de Podemos (Iglesias, Monedero, Errejón) con el régimen chavista, a quien asesoró durante años es notoria y conocida desde que la formación morada dio el paso a la política nacional y cuya financiación siempre estuvo cuestionada.

Las elecciones de este próximo domingo son muy importantes para un país amigo como es Venezuela, sometido desde hace décadas a un régimen totalitario que ha perseguido y encarcelado a la oposición, y cuyos niveles de pobreza llegan al 94,5% de la población. Los supermercados están desabastecidos. No hay alimentos ni medicinas. La situación en los hospitales es de auténtico caos.

Con una inflación disparada del 193%, la más alta de toda Latinoamérica, la economía venezolana se encuentra en un callejón sin salida, pese a ser un país rico en recursos como el petróleo o la minería. Sin embargo, la incapacidad de sus dirigentes ha llevado al país a una situación extrema desde el punto de vista social y económico.

Maduro y su régimen están cada vez más aislados internacionalmente. La labor que lleva gestando la oposición, pese a todos los impedimentos legales está cerca de recoger sus frutos, tras años de lucha. El 28 de julio puede ser un gran día para Venezuela que ponga fin a décadas de gobiernos totalitarios.

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