El Sindicato Español de Maquinistas Ferroviarios (Semaf) ha criticado que la sentencia conocida este viernes, y que condena a dos años y medio de prisión tanto al maquinista del Alvia accidentado en Angrois en 2013, Francisco Garzón, como al exjefe de Seguridad en la Circulación de Adif, Andrés Cortabitarte, equipara las responsabilidades entre ambos condenados ya que, en su opinión, «el ente público abrió la línea sin las debidas medidas de seguridad, previstas en el proyecto».
Así, tras mostrar su «mayor solidaridad y respeto hacia las víctimas», el sindicato ha avanzado que recurrirá la sentencia y «continuará peleando para que se haga justicia».
Además, en un comunicado, ha manifestado que el fallo supone «un avance» porque «por primera vez una sentencia no solo se centra en el trabajador», sino que «contempla responsabilidad en el titular de la empresa pública que tenía a su cargo la seguridad operativa».
Para la organización, el accidente de Angrois «era cuestión de tiempo», teniendo en consideración «las carencias de seguridad de la línea, como muchos maquinistas y expertos afirmaron antes y después de ocurrir».
«NEGLIGENCIAS»
Asimismo, en este mismo comunicado ha detallado que en el tramo en el que se produjo el accidente «se dejó al mero factor humano una reducción de la velocidad de 200 a 80km/h». «De haber estado activo el sistema de protección con el que se diseñó la infraestructura (ERTMS) el tren se habría detenido como mecanismo de seguridad si por cualquier circunstancia el maquinista no es capaz de iniciar el frenado», ha explicado.
También ha expuesto que los responsables de seguridad «tampoco realizaron un análisis de riesgos, normativamente requerido», por lo que «no establecieron las medidas necesarias para mitigarlo como colocar la baliza y/o la señal de velocidad».
Igualmente, el sindicato ha señalado que «no tomaron en consideración las advertencias de los maquinistas que realizaron las pruebas de la línea, sobre la peligrosidad de dejar al factor humano, en todas y cada una de las circulaciones, la responsabilidad de una reducción de velocidad tan drástica».
Por todo ello, Semaf ha tachado de «abusiva» la responsabilidad que se le exige al maquinista en la sentencia, «equiparando su condena con el responsable de la seguridad operativa».
«CARENCIAS» EN LA INVESTIGACIÓN E INSTRUCCIÓN
En este línea, Semaf ha reprochado las «carencias» en el proceso de instrucción» ya que «estima que existe una cadena de responsables a la hora de poner en funcionamiento dicha infraestructura ferroviaria».
«Hay muchas incógnitas que no se han recogido en el proceso ni en la investigación del accidente. ¿Por qué una línea concebida con una serie de sistema de protección se pone en servicio sin ellos? ¿Cuál ha sido la cadena de decisión? ¿Qué tipo de presiones llevaron a la apertura de la línea sin estar en condiciones óptimas de seguridad?», ha sostenido.
También ha considerado que la investigación «no fue independiente», puesto que el organismo encargado de su investigación «dependía jerárquicamente de los responsables del Ministerio y a su vez de Adif y Renfe».