La mañana de este lunes 22 de enero, unas 390 personas albergaban las salas de atención a solicitantes de asilo ubicadas en la Terminal 1 y 4 del aeropuerto de Barajas, en Madrid. Son muchas más de las que pueden acoger, lo que está provocando una situación de «hacinamiento» y de «insalubridad». Según informa la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), la situación es tan crítica que hay «plagas de chinches, acumulación de basura y escasez de toallas para la higiene personal». Ante este escenario, la organización ha pedido al Gobierno que autorice la entrada «excepcional» a las personas solicitantes.

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