Yago se quedó impresionado con los conocimientos artísticos de Cata y le propuso trabajar con él, pero ella lo rechazó porque le dejó claro que no hacía trato con estafadores. Lo del restaurante simplemente lo había hecho porque los clientes de Yago le parecían detestable.
Sin embargo, Cata ha cambiado de opinión después de hablar por teléfono con su hermana: su padre necesita dinero y sólo ella puede mandárselo. Como se ha quedado sin trabajo, ha decidido ir a visitar a Yago a su tienda.
“Vine para decirte que acepto tu propuesta. Te voy a ayudar a colocar ciertas piezas a clientes con poco criterio y mucho dinero”, le dice directamente Cata a Yago. ¡El anticuario no puede estar más feliz de que haya cambiado de opinión! ¿Lograrán que su alianza sea todo un éxito?