Después de un desfile rompedor de los atletas en barcos que surcaron el Sena y que se vio muy deslucido por la intensa lluvia, tan solo faltaba por conocer quiénes serían los últimos relevistas de la antorcha olímpica y ahí el Comité Organizador tenía guardada una última sorpresa agradable para el deporte español.

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