Hamás quiere venganza. El grupo palestino ha culpado a Israel de la muerte del prisionero Mustafa Muhammad Abu Arra, uno de sus líderes en la Cisjordania ocupada. El histórico sheij, miembro de la primera generación de la organización islamista en el territorio, ha muerto este viernes por la noche a los 63 años después de pasar una docena entre rejas. En la cárcel, su estado de salud empeoró provocando lo que Hamás ha tachado de «asesinato por negligencia médica». «Hacemos un llamamiento a todos los combatientes, que fueron reclutados por el jeque mártir, a que apunten con balas y artefactos explosivos a los soldados y colonos de ocupación en venganza por la sangre del mártir y de los mártires de nuestro justo pueblo», han dicho en un comunicado.
Desde 1990, Abu Arra había sido arrestado varias veces. La última fue el pasado 23 de octubre, según ha explicado la Comisión de Asuntos de Prisioneros y Exprisioneros palestina este viernes. Este dirigente de Hamás sufría graves problemas de salud crónicos que requerían una supervisión médica constante. Pero varios informes de organizaciones humanitarias y los propios testimonios de los ex presos indican que las autoridades carcelarias israelíes no suelen permitir las consultas de salud en estos centros. «Como todos los prisioneros, Abu Ara enfrentó crímenes y medidas sin precedentes en escala desde el comienzo del genocidio, en particular la tortura, el hambre y los delitos médicos«, ha dicho Hamás en su comunicado.
9.300 arrestados
Sin especificar la enfermedad crónica que padecía, el grupo ha denunciado que Abu Arra ha sido víctima de un «asesinato lento» después de los funcionarios de la prisión israelí le negaran el tratamiento médico. «Un deterioro grave de su estado de salud» provocó su traslado de la prisión Ramón al hospital Soroka, ambos en el sur de Israel, según la Comisión de Asuntos de Prisioneros y Exprisioneros palestina. Hamás ha afirmado que la muerte de Abu Arra, oriundo de la localidad de Aqaba en Tubas, en el noreste de la Cisjordania ocupada, representa «un nuevo asesinato cobarde añadido al historial criminal de la ocupación contra nuestros prisioneros». Casado y padre de siete hijos, uno de los cuales también está entre rejas, sufrió «persecución» por su «historia y defensa nacional», según el grupo palestino.
La muerte de Abu Arra pone de manifiesto una trágica realidad que lleva décadas perpetuándose en la Cisjordania ocupada y que se ha agravado en los últimos meses. Desde el inicio de la guerra contra Gaza, más de 9.300 palestinos han sido arrestados, según las cifras de la organización palestina de derechos humanos Adalah. Unos 3.600 están bajo el régimen de «detención administrativa» que permita a las fuerzas israelíes arrestarles sin cargos ni juicios y mantenerlos entre rejas de forma indefinida. Israel, por su parte, informa de que ha detenido a 4.200 sospechosos en Cisjordania desde el inicio de la guerra, de ellos casi 2.000 supuestamente vinculados a Hamás. Se desconoce el número exacto de palestinos que han sido detenidos en la Franja de Gaza durante los últimos 10 meses de guerra.
«Torturas», según la ONU
Independientemente de su origen, sean de Cisjordania o de Gaza, los palestinos en prisión sufren torturas, tal y como han denunciado organizaciones humanitarias y locales. Además, en el último año, las condiciones han empeorado mucho forzando a los convictos a alimentarse con apenas un plato de comida al día y vivir hacinados sin casi servicios básicos. A principios de año, las Naciones Unidas acusaron al Ejército israelí de «torturar» a los palestinos detenidos en Gaza. «Son hombres que fueron detenidos por las fuerzas de seguridad israelíes en lugares desconocidos durante entre 30 y 55 días, y describieron haber sido golpeados, humillados, sometidos a malos tratos y lo que podría constituir tortura», dijo entonces Ajith Sunghay, el jefe de la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos en los territorios palestinos ocupados de la ONU.
Este mismo jueves dos mujeres y seis hombres fueron liberados de la prisión de Ofer, en la Cisjordania ocupada, y trasladados al hospital Al Aqsa de Gaza. Todos ellos denunciaron haber sido torturados y amenazados. Algunos, incluso, mostraban signos de abusos físicos. Al condenar la muerte de Abu Arra, el Ministerio de Prisioneros y Prisioneros Liberados de Gaza ha denunciado que, desde el estallido de la guerra en Gaza, más de 55 prisioneros «han sido asesinados por la ocupación en las prisiones» israelíes, y que unos 38 han sido sometidos a «torturas» y a «ataques sistemáticos de matanza lenta».