La Fundación Renovables ha propuesto la creación de una tasa en España que grave las emisiones de metano, un gas al que se atribuye una elevada incidencia en el incremento de la temperatura media del planeta.
España no es un país productor de combustibles fósiles, pero sigue importando estas fuentes de energía contaminantes, principales culpables de la crisis climática. Pese al avance de las renovables, que van ganando cada vez más terreno, no termina de desengancharse del petróleo y del gas, que compra a países como Estados Unidos, Argelia, Irak, Libia, México, Rusia, Kazajistán, Arabia Saudí o Egipto.
En estos países se detectaron entre 2022 y abril de 2024 fugas de metano, un gas al que se atribuye el 30% del aumento de la temperatura media del planeta. El 60% de las emisiones de metano (CH4) en 2023 correspondieron a actividades humanas, calcula la Agencia Internacional de la Energía. Sobre todo: la agricultura, la producción de petróleo y gas, y el sector de los residuos. Aunque permanece menos tiempo en la atmósfera, en un periodo de 20 años, el metano es hasta 82 veces más potente que el dióxido de carbono (CO2).
Por eso, teniendo en cuenta que el tiempo apremia para rebajar las emisiones antes de que se sobrepasen los umbrales de seguridad fijados por la comunidad científica ―el calentamiento de 1,5 ºC o 2 ºC respecto de la era preindustrial, para finales de siglo―, atajar las emisiones de metano es la solución más efectiva en el corto plazo.
Contamina 30 veces más
“Contamina 30 veces más que el CO2 a 100 años”, resume desde la Fundación Renovables su responsable de Políticas Climáticas, Ismael Morales. Esta organización propone una tasa nacional del metano en la línea de la que ya existe en EE. UU. y en Noruega, que sí que son países productores de combustibles fósiles.
Ha reflejado esta propuesta en un informe publicado este miércoles, en el que recoge las fugas de metano detectadas por vía satelital en explotaciones de petróleo y gas en los países de los que España importa combustibles fósiles.
En total, se detectaron a lo largo del tiempo estudiado 366 fugas en EE. UU., 354 en Argelia, 88 en Irak, 82 en Libia, 44 en México, 63 en Rusia, 37 en Kazajistán, 28 en Arabia Saudí y 25 en Egipto.
La tasa que sugiere aplicar la Fundación Renovables se englobaría dentro de un plan nacional para la reducción del metano, detalla Morales, un plan “que abarcaría también otros sectores, pero se podría aplicar a residuos y agroganadero”. Si bien este experto matiza que por el momento han excluido al sector agroganadero de su propuesta por el impacto que el gravamen podría tener en los precios de los alimentos.
“La idea es aplicar 300 euros por tonelada/hora emitida a cada uno de los productores, proveedores o importadores a los cuales se les haya vinculado con una fuga de metano. Y que esta tasa sea progresiva para aumentar su presión y que así la detecten y la eliminen”, explica. Incrementaría durante cinco años en 300 euros anuales, “alcanzando un máximo de 1.500 euros por tonelada emitida”, precisa. Lo ideal, agrega, sería crear un fondo con los ingresos, de manera que estos puedan incentivar “otras tecnologías más sostenibles que sustituyan al gas en los diferentes sectores”. “Es muy similar a como funciona el impuesto de CO2, por hacer una analogía”, sostiene Morales.
El motivo de que el precio sugerido para la tonelada de metano sea mucho más alto que el de la del CO2 (la media anual de 2023 fue de 83 euros) es que “esas fugas no internalizan el coste climático y de salud” del metano, subraya el especialista.“De hecho, la referencia es el informe de la Agencia de Protección Medioambiental de EE. UU. Los costes globales para la sociedad de una tonelada de metano serán de, al menos, 2.000 dólares en 2025. Si se tienen en cuenta los efectos no climáticos del metano sobre el ozono, entre los que se incluyen los efectos sobre la agricultura, estos costes pueden aumentar hasta los 3.500-4.000 dólares”. El objetivo de la tasa, en definitiva, es “vincular las fugas con las importaciones y poner soluciones para atajarlas en el origen, por mucho que sean otros países”, recalca Morales.
El metano de los residuos
Por otro lado, el gravamen se aplicaría también al sector de los residuos, donde la asumiría el propietario y el gestor de los vertederos. En este sector sería incluso más fácil cuantificar las emisiones, pues ya se reporta el metano fugado en el registro estatal de emisiones y «no dependerían tanto de las detectadas por satélite», arguye Morales, así que «hay una base de datos y una regulación marco donde poder aplicar la tasa».
En España, sin embargo, la principal fuente de emisiones de metano es la ganadería. «Los valores máximos de emisión de metano se dan entre el 2000 y el 2020, superando las 45.000 kt CO2 eq, reflejo del aumento de las emisiones de la actividad ganadera. La ganadería es la que más contribuye al total. La fermentación entérica supone un 40,4% y la gestión de estiércoles un 21,6%», reza el informe.
El siguiente mayor emisor es el sector de residuos, en el que el depósito de residuos sólidos en vertedero supone un 25,6% del total, cifra que asciende al 31,1% si se consideran todos los residuos, recuerda el informe.
El Observatorio Internacional de Emisiones de Metano (IMEO, por sus siglas en inglés), del PNUMA, mediante su Sistema de Alerta y Respuesta para el Metano (MARS) detectó vía satelital 12 fugas en España, entre 2022 y abril de 2024, relacionadas con los residuos. Dos de ellas tuvieron lugar en el Parque Tecnológico de Valdemingómez y en el vertedero de Pinto (Comunidad de Madrid). También hubo fugas de metano en vertederos de Murcia, Comunidad Valenciana, Albacete y Granada.