Wall Street rebota este jueves en una sesión en la que el S&P 500 y el Nasdaq logran remontar apoyados en un buen dato de PIB, después de vivir una jornada excepcionalmente mala.
Y es que el selectivo tecnológico firmó este miércoles su peor sesión desde octubre de 2022, mientras que el mayor índice bursátil del mundo registró su mayor descenso desde diciembre de ese mismo año.
«El duro castigo recibido por los grandes valores tecnológicos y por los de ‘crecimiento’, penalizados por la mala recepción que tuvieron los resultados de las compañías tecnológicas, terminó ayer por arrastrar a la baja prácticamente a todo el mercado, salvándose de la quema únicamente los sectores defensivos, como el de las utilidades, el de la sanidad, el de la energía y el del consumo básico, que fueron los únicos que terminaron el día con ligeros avances», apunta Juan Fernández-Figares, director de análisis de Link Securities.
LA CRISIS EXISTENCIAL DE LAS ‘BIG TECH’
Como decimos, las recientes caídas vistas en el mercado tienen un claro responsable: las tecnológicas. Más concretamente, los resultados de estas compañías, siendo las cuentas trimestrales de Alphabet y las de Tesla las principales causantes del último hundimiento de la renta variable estadounidense.
Por un lado, el fabricante de coches eléctricos redujo su beneficio un 45%, aunque cumplió las expectativas en lo tocante a los ingresos. Por otro, la matriz de Google y YouTube ganó un 28% más y aumentó sus previsiones, pero los ingresos publicitarios y el elevado nivel de gasto de la compañía empañaron las cuentas de la tecnológica. Las cifras de ambas compañías llevaron a otros gigantes tecnológicos como Nvidia o Microsoft a cerrar con fuertes pérdidas, así como a otras compañías que se han visto muy beneficiadas por el rally de la inteligencia artificial (IA).
Numerosos analistas señalan que estos movimientos podrían ser una corrección atrasada de un mercado sobrecomprado, como vienen alertando desde hace tiempo, que está experimentando una rotación de las acciones tecnológicas de megacapitalización hacia otros valores más pequeños y cíclicos.
De hecho, muchos achacan esta tendencia a que muchas tecnológicas no están cumpliendo las expectativas de un mercado en, hasta la fecha, una temporada de resultados en la que muchas compañías no han dado la talla (LVMH, Kering, Total Energies…). Esta tendencia podría acelerarse en las próximas semanas, ya que, según datos de FactSet, alrededor de un 25% de las compañías del S&P 500 han presentado sus cuentas.
«La perspectiva de un mayor gasto en IA supone un problema incluso para los inversores de las empresas que se beneficiarán de ese gasto. Esta dura reacción del mercado a los resultados de Google -que, por cierto, fueron un éxito- indica que estamos llegando a un punto en el rally de la IA en el que los inversores están cada vez más impacientes por ver cómo su gasto masivo se convierte en beneficios, mientras que los grandes inversores siguen diciendo que deberían gastar más antes de ver los beneficios. Por ello, Meta –que también podría decir a sus inversores que le espera más gasto– también cayó ayer más de un 5%», apunta Ipek Ozkardeskaya, analista sénior de Swissquote Bank, que pronostica unas pérdidas de entre el 10% y el 15% si los resultados de otras ‘big tech’ no logran cambiar las tornas.
Asimismo, esta experta señala que la perspectiva de una Reserva Federal (Fed) menos dura tampoco está ayudando a estos valores. «El hecho de que las expectativas de recortes de los tipos de interés estén aumentando no es positivo para los grandes valores tecnológicos, ya que estos gigantes se consideraban un lugar seguro donde refugiarse cuando los tipos eran altos, y podrían ver cómo su avance se desvanece debido a una rotación sectorial», subraya.
Kathleen Brooks, directora de investigación de XTB, va más allá y habla de una «crisis existencial» en el mercado, que tiene sobre la mesa una serie de interrogantes que pueden amenazar el repunte bursátil de este año si las perspectivas de beneficio siguen siendo débiles. Entre estos vectores de riesgo, esta analista nombra la debilidad de la demanda china, la incertidumbre relacionada con las elecciones estadounidenses, la crisis del sector manufacturero alemán o los ya mencionados problemas de las empresas tecnológicas y sus resultados.
«En general, la temporada de resultados del índice Eurotoxx 600 ha sido, en el mejor de los casos, irregular: menos de la mitad de los sectores 600 han registrado un aumento de los beneficios. Es comprensible que esta situación preocupe a los inversores. En EEUU, los informes de beneficios han sido mejores de lo esperado, y la mayoría de los sectores están registrando un crecimiento positivo», explica.
Sin embargo, añade Brooks, el riesgo de concentración «está pasando a primer plano», como ha demostrado recientemente el incidente de CrowdStrike y Microsoft. «Los factores desencadenantes de la venta masiva de valores estadounidenses son el fin del ‘momentum trade’ y la aversión a las empresas de crecimiento. Hasta que estos factores no se estabilicen, es difícil prever una recuperación de los índices estadounidenses«, sentencia.
DATO CLAVE DE PIB Y FED
En la escena macroeconómica, el dato más relevante de la jornada ha sido el Producto Interior Bruto (PIB) de Estados Unidos, que ha crecido un 2,8% en el segundo trimestre desde el 1,4% registrado el trimestre anterior y por encima del 2% estimado por el consenso.
«La pausa en la economía durante los primeros tres meses del año resultó ser temporal y la reaceleración del crecimiento del PIB en el segundo trimestre debería ayudar a moderar las preocupaciones sobre la durabilidad de la expansión y a calmar los rumores de que la Reserva Federal (Fed) necesita recortar las tasas de interés en julio», valoran en Oxford Economics.
El dato servirá de antesala al índice de precios PCE, también conocido como deflactor de consumo privado, el indicador favorito de la Fed para orientar su política monetaria. El mercado espera una moderación del dato de junio hasta el 2,4% desde el 2,6% anterior y también un recorte de la tasa subyacente hasta el 2,5% desde el 2,6% anterior.
«La curva de tipos estadounidense se empinó ayer, ya que el rendimiento a 2 años cayó por debajo del 4,45% por primera vez desde febrero, mientras que el rendimiento a 10 años tomó la dirección opuesta y subió hasta el 4,30%, reduciendo la brecha entre ambos a sólo 15 puntos básicos, la menor desde octubre de 2023», señala Ipek Ozkardeskaya.
Según esta analista, este factor no es sino «una confirmación de que los inversores ven a la Fed bajando sus tipos antes y más rápido de lo esperado». «El consenso es de dos, tal vez tres, recortes de tipos este año, con el primero en septiembre, pero las probabilidades de un recorte de tipos la próxima semana están en aumento desde que el exjefe de la Fed de Nueva York, Bill Dudley, pidió tipos más bajos preferibles en la reunión de la próxima semana», agrega.
«La actividad en los futuros de los fondos de la Fed evalúa en menos de un 7% la probabilidad de un recorte apresurado de los tipos la próxima semana y, dado que la Fed no tiene motivos para precipitarse y bajar los tipos, como una tensión bancaria o unos datos económicos anormalmente suaves, creo que aún tendremos que esperar a septiembre para ver a la Fed recortar sus tipos por primera vez este año«, sentencia.
Los inversores también han estado pendientes de la publicación de los datos de desempleo semanales que han caído hasta las 235.000 en la semana del 19 de julio en comparación con las 245.000 solicitudes de los siete días previos. Según Fernández-Figares, el comportamiento reciente del mercado laboral estadounidense «comienza a preocupar a muchos analistas e inversores al haber dado muestras de cierta debilidad».
OTROS MERCADOS
En otros mercados, el euro se revaloriza frente al dólar (+0,20%, $1,0861). El petróleo avanza un 0,5%: el crudo Brent se intercambia por 82,08 dólares y el West Texas, por 78 dólares.
La onza de oro cae un 1,7%, hasta 2.374 dólares, y la plata se deja un 4,4% y retrocede hasta los 28,02 dólares.
El rendimiento del bono estadounidense a 10 años cae al 4,244%. El bitcoin recorta hasta los 64.000 dólares y el ethereum cae un 6% hasta los 3.160 dólares.