En el pueblo riojano de Brieva de Cameros viven menos de 20 vecinos en invierno. Hace unos años, el panadero ambulante dejó de visitarles cada día porque ese servicio le estaba costando dinero cuando el precio del combustible comenzó a subir sin parar.
Adoptaron entonces una solución provisional, uno de sus vecinos se acercaba cada día a un pueblo cercano para llevar una barra a sus vecinos. Las compraba en Baños o en Anguiano y las lleva a domicilio a Brieva. Pero no se han conformado. Desde hace unas semanas están de enhorabuena.
Se han puesto de acuerdo y han conseguido abrir un local para dispensar el pan cada día. Una panadería muy especial de la que se encarga, de forma altruista Carmen Telléz. Ya está jubilada y nos cuenta en COPE cómo ha cambiado la vida de este pueblo con este servicio.
«La vida ha cambiado para bien, en estos pueblos si vamos quitando cosas se van quedando vacíos…», explica.
Brieva de Cameros es uno de los pueblos más recónditos de la comarca de Las 7 Villas. Ahora cuenta con la única panadería de toda la zona.
El invierno es duro en la zona. Carmen nos cuenta que con en esta panadería se reunirán los vecinos cada día. Hablarán de sus cosas y podrán comprobar que se encuentran bien. No en vano, se trata de personas con una media de edad alta que, en muchos casos, viven solos.
«Así es una forma de controlar a los vecinos y saber si estamos bien porque en verano estamos más en la calle, pero en invierno venir a por el pan será una obligación. De todas formas, si algún vecino no puede venir hasta aquí, yo se lo acercaré a casa encantada».
A un precio de 1,10 euros, ahora mismo se venden allí unas 25 barras diarias, de dos tipos distintos, que cada vez ganan más adeptos entre los vecinos.
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Carmen ya está pensando en hacer algo de repostería durante los meses de verano. Todo se andará. Está dispuesta a aprender. Llegó hace unos años desde Madrid y su vida laboral anterior no estaba vinculada a este mundo.
Sus nietos pasan los veranos con ella en Brieva y está encantada de transmitirles el amor por este pequeño pueblo. «Mi madre y mi abuela eran de aquí, me enseñaron a querer a Brieva, me llamaban la riojana», cuenta en COPE emocionada. «Yo por Brieva lo que sea», así que ahora abre cada día esta panadería para dar servicio a sus vecinos.