Solo los 14 tripulantes del «Argos Georgia» que han sobrevivido al naufragio que hasta el momento se ha saldado con nueve fallecidos y cuatro desaparecidos podrán arrojar luz sobre lo que realmente ocurrió a bordo en esas fatídicas horas del lunes 22 de julio. A falta de estos testimonios y de los datos técnicos del barco de la armadora Argos Froyanes solo se puede teorizar. Expertos en siniestros marítimos y construcción naval consultados por este periódico aportan algunas claves para entender lo que pudo haber precipitado el hundimiento del palangrero en el mar infernal de Malvinas.
¿Por dónde entró el agua?
Sabiendo dónde se ha producido la inundación y la distribución interior del barco se podrían sacar conclusiones muy esclarecedoras de las causas del naufragio. La hipótesis varía dependiendo de si la vía de agua se registró por debajo de la cubierta principal, donde se encuentran la sala de máquinas o las bodegas; o bien por encima de la cubierta, donde está el parque de pesca o entrepuente.
Los expertos aseguran que un porcentaje altísimo de las inundaciones por debajo de la cubierta suele originarse en la sala de máquinas. Por causas muy diversas: desde rotura de una tubería, fallo de una válvula, perforación del casco por una corrosión, fallo en el circuito de sentinas de achique o también por problemas en la bocina (por donde sale el eje del barco).
Ahora bien, buques como el Argos -botado en 2018, de 53 metros de eslora por 13 de manga- se construyen de manera que la entrada de agua masiva y la inundación total de un compartimento no arriesgue su flotabilidad.
En teoría, la bodega está totalmente aislada de la sala de máquinas. Ambas solo están conectadas por medio de tuberías de achique pero con las correspondientes válvulas para garantizar el aislamiento de los espacios. “Se ha producido algún caso en que una inundación de la sala de máquinas ha conllevado la inundación de la bodega porque los sistemas de achique se habían baypaseado. Que se habían hecho obras no reglamentarias y la inundación de la sala de máquinas se propagó a la bodega no estando el buque preparado para soportar la inundación de dos compartimentos de forma simultánea”, apunta uno de los expertos.
El punto débil de un palangrero
En caso de que la inundación se produjese en la parte superior suele ser en el parque de pesca, donde se procesa el pescado. Cuando por aquí entra agua desde el exterior, mayoritariamente lo hace por el trancanil (la compuerta por donde se desagua al mar los desechos del pescado). También es habitual, pero bastante menos, que la inundación en el parque se deba a una rotura de las tuberías que hay de circulación de agua para limpiar el pescado.
Dado que el Argos estaba navegando y no faenando resulta muy improbable que el naufragio tuviese su origen en la inundación de la parte alta. Los expertos señalan varias razones. Al navegar, el trancanil de desechos suele permanecer cerrado. Por consiguiente, si no trabajaban en el parque de pesca, las tuberías que alimentan el circuito no estarían usándose y por tanto, tampoco funcionando.
En caso de que el Argos estuviera pescando sostienen que el agua podría haber entrado durante una maniobra de recogida del aparejo. En estos casos, el buque, al dar atrás, su espejo de popa genera una ola que puede acabar embarcando por el portalón de largado y, posteriormente, llegar a la sala de máquinas. “El punto débil de los palangreros es el portalón de popa: si tienen un golpe de mar por popa, esta zona nunca es perfectamente estanca”, recalcan.
“Si la inundación fuese en el parque de pesca el hundimiento sería mucho más rápido”
Hay otro factor que descartaría que la vía de agua se localizase en la parte alta. Desde que el Argos Georgia lanzó el SOS comunicando la existencia de la vía de agua “masiva” hasta que saltó la radiobaliza indicadora del hundimiento transcurrieron dos horas. “Si la inundación fuese en el parque de pesca el hundimiento sería mucho más rápido”, afirma tajante otro especialista.
Tampoco se descarta una masiva entrada por daños causados por el mar embravecido. Le ocurrió a un buque vigués pescando en el Gran Sol.“Un golpe de mar rompió los cristales del puente, el agua se coló por toda la habilitación provocando una serie de cortocircuitos que dejaron sin electricidad al buque y, en consecuencia, sin gobierno. Su capitán acabó solicitando la evacuación y toda la tripulación fue rescatada por helicópteros ingleses”, recuerdan.
Impacto de un iceberg
En las últimas horas ha trascendido otra teoría, aportada por autoridades marítimas argentinas. Apuntan como causa del naufragio el impacto de los restos de un iceberg en la proa. Los expertos consultados por este periódico muestran su extrañeza con esa hipótesis: “En el hemisferio austral es invierno y cuando se desprenden los iceberg y growler, es en la primavera austral; y por otra parte la proa esta reforzada y tiene un mamparo de colisión. A no ser que el abordaje fuese por la amura y afectase a varios compartimentos”, barajan.
Por otra parte, un pesquero de Malvinas comentó que un golpe de mar le habría reventado la puerta por donde realizan la virada del aparejo y le produjo una inundacion incontrolable.
¿Dos horas para salir del buque?
Las investigaciones de naufragios habidos en las últimas décadas por vía de agua apuntaron también a un error de interpretación de la gravedad de la situación por parte de los mandos del buque. “De partida, ante una entrada de agua suelen creerse capaces de controlarla. Sin embargo, del control al colapso pueden pasar pocos minutos. Y esto al final pasa una factura grave, mortal incluso”, explican.
Por eso es fundamental saber si todos los tripulantes llevaban traje de supervivencia, también llamado traje de inmersión. Aquellos que estuvieran intentando reparar la vía de agua no podrían tenerlo puesto, porque es imposible trabajar con este atuendo forrado de grueso neopreno. “Tal vez muchos estuviesen volcados en frenar la inundación y cuando desistieron, ya en los momentos finales, no tuviesen mucho tiempo para ponerse los trajes”, agregan.
Si abandonaron el buque sin ese traje, las probabilidades de sobrevivir al naufragio son remotas; y aún con él puesto, dependerá de su temperatura corporal. Por esta razón cabe suponer que los tres tripulantes aparecidos muertos en sendas balsas no lo llevasen puesto o bien acabaran falleciendo por hipotermia porque se hubieran mojado en la inundación interior del barco o al saltar al agua cuando se estaba yendo a pique.
Cumpliendo el protocolo de seguridad ,un buque de estas características debe navegar con balsas para el 100% de la tripulación en cada costado. En el caso del Argos Georgia solo aparecieron, hasta el momento, tres balsas. Pero lo más llama la atención es la desigual distribución de los náufragos en estas balsas. En una aparecieron 13, todos vivos; en otra, solo dos, ambos cadáveres; y en la tercera o o cerca e ella aparecieron un superviviente y un cadáver. Este reparto hace sospechar a los expertos: “Puede que el abandono del buque fuera ordenado en un principio, pero en los últimas secuencias, todo apunta a que reinó el caos”.
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