“¿Por qué construir decorados cuando tengo el más bello del mundo?”, afirma Thomas Jolly, el director de la ceremonia de los Juegos Olímpicos. Hasta ahora, el cómo será la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos es uno de los mayores secretos de esta competición, aunque en las últimas semanas se han dado a conocer algunos detalles que han ayudado a despertar el espíritu olímpico, hasta ahora adormecido.
Los Juegos Olímpicos de París pretenden ser los más ecorresponsables de la historia y, para ello, su director artístico, Thomas Jolly, ha querido jugar con los elementos naturales y arquitectónicos que le ofrece la propia capital francesa, sin alterar el hábitat natural: “Habrá pocas construcciones para lo que es el ‘show’”, afirma.
Por tierra, por agua y por aire. Unos 3.000 bailarines y actores presentarán doce escenas artísticas que representarán el patrimonio francés en las orillas del Sena, mientras que decenas de barcazas con las delegaciones internacionales desfilarán por el río desde Austerlitz hasta los pies de la Torre Eiffel.
Seis kilómetros de recorrido y una ceremonia que durará cerca de cuatro horas, donde se utilizará el agua y la luz natural de París: “Estos tonos del atardecer rojizos que impactan sobre la piedra de los bordes del Sena. Esa luz natural es la que hemos querido aprovechar para iluminar la ceremonia”, explica Jolly, a quien le gusta presumir de la belleza de París y se le ilumina la cara al explicar cuando explica cada detalle de esta ceremonia que pretende ser histórica.
Fuera del estadio
Por primera vez, la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos no se llevará a cabo en un estadio y eso genera una gran expectación, a la par que nervios. Un desafío de infraestructura y seguridad, pero también de fe; “esperemos que no llueva. Todo apunta a que todo saldrá como se espera”.
París será la protagonista, pero también la multiculturalidad de Francia, reflejada en la puesta en escena, en el ‘storytelling’, pero también en los detalles más concretos, como el vestuario o las músicas que sonarán durante la ceremonia. «Francia es al mismo tiempo Jul, Edith Piaf y Nathalie Dessay», afirma el director musical Víctor Le Masne. Aunque, ante la pregunta de una posible actuación de estrellas internacionales, como Céline Dion, Lady Gaga o Aya Nakamura, el director “ni confirma, ni desmiente”, pero sentencia que “será memorable”. De eso no hay duda, Francia consigue que sus ceremonias tengan la dosis justa de nacionalismo y emotividad. “En este número hay una gran diversidad que me parece muy rica”, subraya el director.
Quien sí ha dado algo más de detalles fue la ministra de Deportes, Amélie Oudéa-Castera, que afirmó en una entrevista para la cadena pública TF1, que Céline Dion «no se encontraba en la ciudad por casualidad». La estrella internacional es una de las cantantes más queridas en Francia y lleva varios días en París. De hecho, este jueves Dion se reunió con Brigitte Macron.
Un espectáculo que, aunque contará con la ayuda de la tecnología, el “98% será en vivo, y tan solo un 2% serán secuencias son pregrabadas ligadas a edificios en los que entramos (…). Hay decorados que son muy bonitos del exterior, pero realmente quería añadir algo del interior de estos edificios icónicos”, afirma Jolly.
Thomas Jolly, el gran creador
El próximo 26 de julio, a partir de las 19.30 h, millones de personas tendrán sus ojos puestos en su creación, y 300.000 de ellas lo harán en vivo. Con 42 años, el nombre de Thomas Jolly, tiene un gran peso en la industria del espectáculo, y ahora se ha convertido en la cabeza pensante del espectáculo de apertura de los Juegos Olímpicos.
Es la ceremonia más ambiciosa de la historia de unos Juegos, pero también la que ha conllevado importantes limitaciones. El director no ha podido ensayar la obra en el propio escenario hasta el pasado martes, puesto que el secreto mejor guardado de la ceremonia podría desvelarse.
Si lo piensa, le crea mucha ansiedad, dice cuando le preguntan sobre el desafío de diseñar el espectáculo de una de las competiciones deportivas más seguidas del mundo, aunque Jolly está acostumbrado a los grandes retos. En 2014 representó las tres obras de Enrique VI de Shakespeare en Aviñón. La producción, que incluyó 150 personajes y duró 18 horas, le abrió las puertas de la profesión. Cuatro años más tarde, volvió a Aviñón con Tiestes de Séneca y consiguió un ‘sold out’ catapultando su nombre entre los grandes del mundo del espectáculo.
Tras la representación de Shakespeare, años después añadió a Ricardo III a las obras de Enrique VI creando una teatrología de 24 horas. Ahora, Thomas Jolly se enfrenta a un nuevo reto, aunque para él, la ceremonia de inauguración solo será un éxito, “si todos se tienen representados en ella”, afirma.
3.000 piezas de vestuario elaboradas
Desde hace cuatro meses, un centenar de personas trabajan a tiempo completo en las más de 3.000 piezas únicas de vestuario elaboradas con material reciclado que mezcla la influencia de la historia francesa del siglo XVI con puntos de las nuevas tendencias deportivas, además de tejidos de segunda mano.
“Hemos estado cinco meses reuniéndonos todo el equipo con Thomas Jolly en un apartamento secreto, donde hemos hablado mucho, filosofado sobre lo que era la Francia para nosotros, como incluir todas las identidades, y de ahí han salido increíbles ideas. Sin duda, el personaje principal de inspiración es: El Sena”, explica la directora de vestuario de París 2024, Daphné Bürki, quien tampoco quiere dar más detalles para mantener viva la emoción olímpica hasta este viernes.