El naufragio en el Congreso de la reforma de la ley de extranjería para hacer obligatorio el reparto de los menores migrantes ha generado un cruce de reproches entre el Gobierno central y el canario. La norma, consensuada por ambos ejecutivos, no fue admitida a trámite este martes por el rechazo de PP, Junts y Vox. El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, puso entredicho esta mañana que desde que acordaron el texto de la reforma, “inexplicablemente” el Gobierno no haya celebrado “ni una reunión” con los grupos que manifestaron su rechazo desde un principio. El ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, ha rechazado estas acusaciones dando cuenta del intercambio de documentos y su voluntad negociadora “hasta el último momento” con los populares. Asimismo, le ha recordado que el “compromiso” de Clavijo era conseguir el voto de “sus socios” de Gobierno. Esto es, del PP.

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