El viernes 19 de julio, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) no incluyó a València en la selección de 11 sedes españolas que debe presentar a la FIFA antes del miércoles 31 para acoger partidos de la Copa del Mundo 2030, que celebrará de modo conjunto con Marruecos y Portugal. En la noche del sábado, SUPER avanzó la razón que esgrime la Federación por la que la ciudad se quedó fuera: la aceptación del Valencia CF fuera de plazo de las cláusulas del «Stadium Agreement» de la FIFA. Según fuentes federativas, a lo largo de 15 meses el club ha estado escudándose en «aspectos urbanísticos», con los que el máximo organismo del fútbol mundial, no permite una justificación para aplazar la firma de adhesión.
La candidatura valenciana, en una comparativa con las 11 elegidas, ha corrido la carrera mundialista con un obstáculo extra con un nombre y un apellido muy claros, Peter Lim. El hecho de que el Nou Mestalla sea totalmente propiedad del Valencia ha hecho imprescindible el compromiso de la entidad deportiva con los requisitos FIFA, a diferencia de otras sedes en las que el estadio es de titularidad municipal. Por ejemplo, Riazor, el nuevo Gran Canaria, la nueva Romareda y la nueva Rosaleda. Los cuatro vivirán importantes remodelaciones para acomodarse a las exigencias FIFA, entre ellas, la de un aforo superior a los 40 000 localidades.
DUDAS DE FINANCIACIÓN
Además, el coliseo inconcluso de Cortes Valencianas es el único de los pretendientes que debe levantarse de nuevo en otro punto distinto de la ciudad. Mientras Lim genera dudas fundadas en la búsqueda de la financiación necesaria, más allá de los 80 millones de euros de CVC, los poderes públicos se han comprometido a asumir buena parte del coste de las reformas integrales en ciudades como A Coruña, Las Palmas, Zaragoza y Málaga. Lugares en donde, por ese orden, la inversión necesaria se calcula en más de 90, 102, 160 y más de 200 millones, respectivamente, y para lo que las administraciones han desencadenado la búsqueda de fondos de carácter privado.
El proyecto de la nueva Romareda está en marcha desde este mes de julio con el objetivo de estar listo a finales de 2027. La Rosaleda lavará ampliamente su imagen entre inicios de 2025 y 2028, mientras que el Gran Canaria lo hará entre julio de 25 y junio del 27, y Riazor entre los meses de septiembre de 2025 y 2028. Anoeta, propiedad del Ayuntamiento de Donostia y remozado en 2017, reúne los requisitos FIFA de capacidad y una catalogación de 4 estrellas, aunque baraja una ampliación de 2000 asientos para optar a algún partido de octavos de final. Mucho más profunda -y con un coste de unos 100 millones- será en Sevilla la remodelación de La Cartuja.
Eso sí, nada similar, a los más de mil millones que le va a costar al Barça el Camp Nou, que se prevé que esté preparado para agosto de 2026. Algo menos del millar de euros le ha costado al Real Madrid la amplia reforma del Santiago Bernbaéu, estadio que ya está totalmente acondicionado para la Copa del mundo, igual que el Metropolitano del Atlético, el RCD Stadium del Espanyol y San Mamés. Todos estos nuevos, modernos y propiedad completa de los clubes, a excepción del estadio bilbaíno, de la sociedad San Mamés Barria SL, en la que participa el Athletic Club con el Ayuntamiento de Bilbao, la Diputación de Bizkaia, el Gobierno Vasco y Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK).
Llamada a FIFA
En sus esfuerzos por hacer sitio a València en el ‘bid book’ (libro de la candidatura presentado a FIFA), el grupo de trabajo que surge de la Generalitat, el Ayuntamiento y la Federación de Fútbol de la Comunidad Valenciana (FFCV) trata de que el Nou Mestalla pueda entrar, incluso, sin que antes de final de mes se alcance un acuerdo de sedes entre las federaciones de los tres países organizadores. Es decir, València Mundial 2030 le ha pedido al Gobierno de España que, vía el Consejo Superior de Deportes (CSD), que haga que la RFEF incluya al ‘Cap i Casal’ en el libro y, posteriormente, sea la FIFA quien decida, ya que la Federación Internacional tiene potestad excepcionalidad para exceder el límite de 20 sedes si así lo cree beneficioso. Un objetivo por el que en València no se ha arrojado la toalla y, como avanzó el presidente de la FFCV, Salvador Gomar, el lunes en Superdeporte, los movimientos han llegado ya a contactar con dirigentes de la propia FIFA, a los que les han expuesto la problemática.
Desde la Generalitat Valenciana, a su vez, se ha puesto públicamente de manifiesto la extrañeza de que haya comunidades autónomas con dos sedes y una comunidad de la relevancia de la Valenciana no cuente con ninguna a seis años vista del gran torneo. En cuanto a posibles caídas, las especulaciones han ido ya desde Riazor, donde el Deportivo es reacio a ampliar las gradas, aunque poco puede hacer porque el estadio no es de su propiedad, hasta el Reale Arena de San Sebastián. Sin embargo, lo cierto, es que a estas alturas ninguna de las 11 sedes escogidas está por la labor de renunciar con proyectos de remodelación activos en varias de ellas. Por lo tanto, el rescate de València como sede mundialista tiene una solución compleja, y parece estar solo en manos de la FIFA, que tiene la potestad de añadir o cambiar sedes aun sin estar en la lista de las tres federaciones. Esta situación, no obstante, lo haría todavía más difícil, ya que públicamente se muestra inflexible con los procedimientos marcados.
Entre los argumentos del Gobierno valenciano destacan la capacidad organizativa de la ciudad en grandes eventos deportivos y la ausencia de una sede vertebradora en el eje mediterráneo desde Málaga a Barcelona, separadas por 965 kilómetros. Asimismo, el acuerdo político alcanzado por los grupos municipales para desbloquear, con las fichas urbanísticas, la parálisis de las obras y la aceptación final del Valencia CF del 28 de junio. La candidatura valenciana mantiene que el 26 de junio no era una ficha límite, sino que lo es el 31 de julio.
VERSIÓN RFEF
Desde la Federación Española, se insiste en que el 26 de junio sí fue un plazo tope, prorrogado en exclusividad al Valencia CF, ante la necesidad de acordar conjuntamente, con Portugal y Marruecos, las 20 sedes tras dos años de trabajos y reuniones. Fuentes federativas, señalan la vinculación mostrada siempre por la entidad de la que Meriton es el máximo accionista a «motivos urbanísticos» y la recalificación de las zonas terciarias de Cortes Valencianas y Aragón como el defecto de tiempo y forma que ha excluido a València de las 11 sedes. SUPER ha accedido al historial de reuniones, según la RFEF, mantenidas por representantes de la Federación Española con el Ayuntamiento, la Generalitat, la FFCV y el Valencia. En citas presenciales en febrero, abril y octubre de 2023 y en lo que va de 2024, «durante estos meses y con especial intensidad en el pasado junio», la Federación apunta que ha intentado que «el Valencia únicamente argumente motivos económicos relacionados con la negociación de las cláusulas del ‘Stadium Agreement’, y que mantenga fuera de nuestras negociaciones aspectos urbanísticos que son totalmente ajenos a la competición».
El 13 de junio, conforme a la misma fuente, en una reunión ‘online’, se le «clarifica» al club, la Generalitat y la FFCV desde la RFEF: «Únicamente podemos admitir para la no firma motivos relacionados con el contrato de FIFA, pero nunca razones ajenas a la competición. Nuevamente, se reiteró que para poder firmar se tenían que solucionar los asuntos urbanísticos y que mientras no se solucionasen no firmarían».
Al día siguiente, el club contestó un email diciendo que «los motivos para la no firma son los 3 mencionados: problemas con el contrato FIFA, la necesidad de licencia de la obra del estadio y de la aprobación del Plan Urbanístico para poder tener uso terciario de la parcela». El 18 de junio, según la RFEF, esta dio de plazo hasta el 21, y luego lo extendió al 24, día festivo, por lo que el VCF pidió que fuese el límite el 26 de junio. El 27 la Federación comunicó al club que la adhesión «consta como no presentada». A lo que la entidad respondió el 28 con un correo refiriendo ya solo problemas de contrato, y que si se solucionaban estaría en condiciones de firmar… Toda una cronología de enredo y despropósito.
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