Los científicos han apreciado por primera vez evidencia contundente de recuerdos falsos en la sepia común, una criatura muy diferente a los seres humanos pero que desarrolla una poderosa y extraña inteligencia. Los resultados sugieren que las sepias forman falsos recuerdos visuales, pero no olfativos: este fenómeno podría ser el primer indicio de la presencia de procesos reconstructivos a nivel cognitivo en los cefalópodos.
Investigadores de la Universidad de Caen en Normandía, en Francia, describen en un nuevo estudio publicado recientemente en la revista iScience el hallazgo de evidencias que indicarían que la sepia común (Sepia officinalis) puede crear recuerdos falsos. Conocido por su memoria episódica, que le permite evocar el pasado, este molusco cefalópodo sumaría así una nueva característica cognitiva que sorprende una vez más a los científicos.
Según un comunicado de Cell Press, los resultados sugieren que la sepia no codifica eventos como “tiras” de película, sino que reconstruye mentalmente el evento al asociar diferentes características que estuvieron presentes durante el hecho original. La sepia es el único invertebrados que puede recordar lo que le sucedió en el pasado, pero los mecanismos subyacentes a su capacidad de memoria episódica no se conocían hasta hoy.
Reconstrucción por partes
¿Qué son los recuerdos falsos? Durante un evento, detalles como aquello que se apreció mediante los sentidos no se almacena como un solo recuerdo. Por el contrario, estas sensaciones se codifican y almacenan en el cerebro por separado. Para recuperar esa información en la memoria, esas piezas deben volver a juntarse. Cuando eso no sucede de la manera correcta o los detalles se distorsionan, se pueden generar recuerdos falsos. No se trata de datos tergiversados o “inventados”, sino de información mal organizada.
Aunque aún se requieren más estudios, las pruebas y experimentos realizados con sepias para inducir recuerdos falsos sugieren que estos invertebrados pueden formar estos recuerdos para obtener información visual, pero no para los datos olfativos. Los investigadores creen que esta estrategia de memoria podría reducir los esfuerzos cognitivos, el uso de recursos y hacer más eficiente el proceso.
Almacenamiento de bloques de memoria
Si se comprueba que la sepia puede almacenar bloques de construcción más pequeños de recuerdos y luego reconstruirlos, esto podría indicar que es capaz de optimizar la memoria al mismo tiempo que puede imaginar diferentes combinaciones de características en el futuro. Vale aclarar, sin embargo, que los científicos advirtieron una cantidad inesperada de variaciones entre los individuos, por lo que habría que confirmar además si se trata o no de una condición común a la especie.
De acuerdo a un artículo publicado en Science Alert, los hallazgos podrían ser la primera comprobación sobre este tipo de habilidades cognitivas de reconstrucción de la memoria en los cefalópodos, que destacan por su inteligencia entre los invertebrados. Los cefalópodos se separaron de los vertebrados hace unos 550 millones de años, y su evolución posterior es muy diferente a la de casi todos los demás organismos de la Tierra. En consecuencia, estas criaturas podrían tener mucho que enseñarnos sobre la evolución de la cognición y la inteligencia.
Referencia
False memories in cuttlefish. Christelle Jozet-Alves, Lisa Poncet et al. iScience (2024). DOI:https://doi.org/10.1016/j.isci.2024.110322