El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha dado este miércoles un aplaudidísimo discurso en el Congreso de los Estados Unidos en el que ha defendido a su país en la guerra contra Gaza y ha asegurado que no se detendrá hasta recuperar a todos los rehenes y parar del todo a Hamás. «Esta es una guerra entre barbarie y civilización», ha afirmado ante una cámara de la que muchos demócratas se han ausentado. «Israel hará todo lo que tenga que hacer para traer a casa a nuestra gente. Y puedo aseguraros una cosa: ganaremos», ha aclamado.
El presidente israelí ha defendido que está haciendo todo lo posible para evitar las muertes de civiles en Gaza y que es Hamás quien los usa como parte de su estrategia y roba la ayuda humanitaria. «Si Gaza no está recibiendo suficiente ayuda no es porque Israel no la mande, sino porque Hamás la está robando», ha afirmado, insistiendo en que su equipo ha realizado «miles de llamadas» para sacar de la franja a los palestinos pero que Hamás «hace todo lo que puede para poner a los civiles en el centro».
«Para Israel la muerte de los palestinos es una tragedia, para Hamás es estrategia»
Benjamín Netanyahu
«Para Israel la muerte de los palestinos es una tragedia, para Hamás es estrategia», ha zanjado. Es por eso que ha pedido más armas para poder terminar con la masacre lo antes posible: «Dadnos las herramientas más rápido y terminaremos el trabajo antes», ha pronunciado, reproduciendo la célebre cita del primer ministro británico Winston Churchill cuando pidió armas a Roosevelt para la Segunda Guerra Mundial.
Compara el ataque de Hamás con el 11-S
El líder israelí ha aprovechado la oportunidad para tratar de establecer un paralelismo entre los ataques de Hamás del pasado 7 de octubre con los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y con el ataque a Pearl Harbour en Hawaii. Netanyahu ha buscado el respaldo de EEUU insistiendo en que juntos ganarán la guerra, ha agradecido la amistad de Biden desde hace más de 40 años, al que ha llamado «un orgulloso sionista irlandés-americano» (Biden ya se ha referido a sí mismo así en el pasado) y entonces ha pasado a relatar lo sucedido ese día, un día «que nunca será olvidado».
Ha explicado que miles de jóvenes no solo israelíes, sino también europeos, estaban disfrutando de la música en un festival cuando Hamás decidió atacarlos, y ha contado las historias de algunos de los rehenes. En la Cámara estaban presentes algunos soldados israelíes, uno que ha perdido un ojo y un brazo y otro que ha perdido la pierna a lo largo del conflicto. «Estos son los soldados de Israel que no tienen miedo», ha bramado el primer ministro ante los vítores y los aplausos de -es difícil concretar- casi el conjunto de los asistentes.
Protestas dentro y fuera del Congreso
Numerosos congresistas del Partido Demócrata se han ausentado de la Cámara para el discurso del israelí, al considerar que es responsable de un genocidio y que no debería ser recibido ni escuchado con honores. Ha sido el caso de la representante de Nueva York Alexandria Ocasio-Cortez, entre muchos otros. La representante de orígenes palestinos Rashida Tlaib, demócrata por Michigan, finalmente ha estado presente pero ha permanecido sentada mientras alzaba una pequeña pancarta que por un lado decía «criminal de guerra» y por otro «culpable de genocidio». También llevaba un pañuelo palestino al cuello.
La vicepresidenta y presumiblemente candidata del Partido Demócrata a las elecciones, Kamala Harris, no ha estado presente por encontrarse dando un mitin en Indianápolis, en el estado de Indiana. Está previsto que tanto ella como el presidente, Joe Biden, se reúnan con Netanyahu esta semana, como también lo hará el expresidente Donald Trump. Por otro lado, los demócratas que sí han estado presentes en el discurso se han mantenido en su mayoría de pie y han aplaudido en ocasiones al primer ministro, como cuando ha alabado a Biden.
Mientras tenía lugar el discurso, cientos de personas se manifestaban a las puertas del Congreso y pedían un alto el fuego en Palestina. La policía ha empezado a dispersarlos utilizando gas pimienta. Ya este martes la policía arrestó al menos a 200 jóvenes activistas judíos que entraron al Capitolio para protestar contra el apoyo militar estadounidense a Israel. La protesta convocó a decenas de personas de la organización «Voces judías para la paz» con camisetas rojas con el mensaje «No en mi nombre» o «Los judíos piden el embargo de armas a Israel». Hasta 400 activistas judíos y dos docenas de rabinos participaron en la protesta disuelta por las fuerzas de seguridad.
Precisamente Netanyahu ha criticado a todos aquellos que defienden a Palestina: «Muchos cantan desde el río hasta el mar, pero no saben de qué río ni de qué mar están hablando. Dicen que Israel es un estado colonial, no saben que es donde rezaban Abraham, Isaac y Jacob. Desde hace 4000 años Israel ha sido la tierra de los judíos».
El primer ministro israelí no ha realizado ningún anuncio sobre el alto el fuego que algunos esperaban. Sin embargo, sí ha asegurado que no ocupará Gaza, y ha propuesto establecer una zona desmilitarizada y «desradicalizada», gestionada por civiles palestinos, pero con un cerco militar israelí. Tampoco habló de la formación de un Estado palestino independiente, como parece que le exigirá Kamala Harris en su próxima reunión. Hoy por hoy, Estados Unidos es el mayor suministrador de armas de Israel.