Una vez que hemos interiorizado la que quizá sea la lección más importante pero, a menudo, más ignorada del cuidado facial –de nada sirve la mejor crema antiedad si no usas protector solar TODOS los días del año–, llega la tarea de escoger cuál se adapta mejor a nuestras necesidades. Porque, si tiramos del primer filtro que encontremos, sin tener en cuenta factores como nuestro tipo de piel, el tipo de protección –recordemos que debe proteger frente a la radiación ultravioleta A (UVA), ultravioleta B (UVB), luz visible e infrarroja– o el acabado, podemos acabar tirando por la borda el resto de cuidados de nuestra rutina. Dos expertos nos dan las claves para mantener nuestra piel protegida este verano (y todos los días del año).

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